Día Nacional del Libro: Llena el siglo nuevas páginas de historias

Recomienda Zócalo obras de autores que se han vuelto relevantes en el panorama mexicano.

Por: Grupo Zí²calo  Saltillo.- La literatura mexicana está llena de tí­tulos que son, ahora, clásicos y no solo de la tradición nacional sino universal. Pedro Páramo y El Llano en Llamas de Juan Rulfo; Primer Sueí±o, de sor Juana Inés de la Cruz; Los Recuerdos del Porvenir y La Semana de Colores de Elena Garro, así­ como La Muerte de Artemio Cruz o La Región Más Transparente, de Carlos Fuentes son, quizá, los primer libros que se vienen a la mente. Aún así­, la última década ha dejado libros que desde su salida han recibido una gran aceptación de la crí­tica y, claro, los lectores. En este 12 de noviembre, Dí­a del Libro Nacional, Zócalo recomienda cuatro libros de autores contemporáneos que muestran las tensiones, ideologí­as, temas y obsesiones del nuevo siglo. Con Ahora me Rindo y eso es Todo, publicado por Anagrama, el jalisciense ílvaro Enrigue escribió una ambiciosa novela en la que su experiencia personal se enlaza con la del pasado mexicano. Una historia de fronteras: temporales o geográficas, pero también la de la realidad y el plano del mito. En este libro, el ganador del Premio Herralde de Novela 2013, ahonda en la historia nacional, pero también rebate el género del western considerado la épica estadunidense que, sin embargo, mucho tiene que ver con el paí­s. Dividido en tres partes, el libro cuenta el rescate de la joven Camila, una mujer secuestrada por apaches, esa historia se ve interrumpida por un desfile de personajes, entre los que destacan Géronimo, el icónico apache, mientras que el mismo autor se pregunta por su identidad personal.

Ahora me Rindo y eso es Todo, es una novela que analiza con la prosa paisají­stica de Enrigue las tensiones territoriales e históricas, pero también literarias, de una tierra que siempre ha estado en disputa: la frontera. En 2017 una novela densa, violenta y oscura cimbró al panorama literario mexicano: Temporada de Huracanes, de Fernanda Melchor. Libro cuya poderosa ventisca aún se resiente en la actualidad, pues ha cosechado numerosos premios y sigue vigente entre los lectores gracias a su potente prosa. En esta novela, Melchor cuenta la historia de un asesinato, el de la bruja, pero también el de la muerte que rodea a toda una región de Veracruz centrado en La Matosa, un pueblo en el que el crimen organizado, la pobreza y la corrupción marcan la vida de sus habitantes. El libro es, además, una muestra de pericia técnica literaria, pues cada uno de los capí­tulos que componen la novela, Melchor hace uso de recursos como la oralidad, el flujo de conciencia y demás, para dotar de una atmósfera viciada a su libro. Cruces de todo Alberto Chimal bebe de esa otra literatura nacional, la extraí±a, la insólita y hasta fantástica. Aquella que puede crear mundos tejidos de palabras y es, quizá, su novela La Torre y el Jardí­n la que mejor ejemplifica esa labor, la que nace del concepto de “literatura de la imaginación”, como lo ha llamado. Publicada por Océano, este libro fantástico –y de fantasí­a–, cuenta la primera aventura de Horacio Kustos y Francisco Molinar, quienes están atrapados en El Brincadero, un oscuro burdel en el que sus clientes van a satisfacer sus más oscuros deseos. A pesar de esa oscuridad y violencia que impregna toda la obra, la torre en la que los personajes están atrapados es, también, una metáfora en la que las historias y sus orí­genes, la poesí­a y la palabra se encuentran para darle forma al mundo. La literatura de Cristina Rivera Garza es una de comunicación. Entre su experiencia personal y la de los territorios, la del pasado con el presente y la de los mismos géneros literarios. Para ella un libro puede ser, al mismo tiempo, una novela, una crónica o un ensayo, pero también un canto de amor, como lo demuestra El Invencible Verano de Liliana, su obra más reciente. En este, cuenta la vida de Liliana Rivera Garza, su hermana, quien fue asesinada por su pareja de ese tiempo. Treinta aí±os después, la autora se encuentra con un archivo de notas, papeles, borradores y objetos que su hermana dejó y comienza a construir un canto de amor hacia ella. Con este libro, la escritora tamaulipeca, consigue un relato que igual enternece como llena de rabia ante las injusticias, pero sobre todo que permite conocer a una mujer que vivió cada momento de la mejor forma que pudo.