Dos décadas después de los atentados del 9/11, este sábado, Estados Unidos y el mundo, recuerdan a los casi 3 mil muertos y alrededor de 25 mil heridos que se encontraban en las Torres Gemelas durante el ataque terrorista.
Por: Nahím Luján Muí±iz
Estados Unidos.-Dos décadas después de los atentados del 9/11, las heridas de la tragedia siguen abiertas en Estados Unidos, que este 11 de septiembre recuerda a los casi 3 mil muertos, alrededor de 25 mil heridos y la paralización de la nación más poderosa del mundo, que vio incrédula cómo el orgullo de su poder económico, las Torres Gemelas del World Trade Center, sucumbían ante el ataque del terrorismo islámico.
Veinte aí±os han pasado de aquellas estremecedoras imágenes, que en los titulares de noticias de los medios de todo el planeta anunciaban con dolor, incertidumbre y temor lo que parecía imposible: Estados Unidos estaba bajo ataque.
Era el mayor acto de vulneración a la soberanía del país norteamericano desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial, cuando los japoneses atacaron la base naval de Pearl Harbor. Solo que esta vez, el enemigo no era una nación, pues se había infiltrado entre los miles de pasajeros que diariamente ingresaban al país a través de sus fronteras y aeropuertos, lo que demostró la debilidad del sistema de seguridad de un territorio que hasta entonces, se creía inexpugnable.
El secuestro de los 4 aviones utilizados como misiles contra las Torres Gemelas, el Pentágono, y uno que no alcanzó su objetivo, el Capitolio, gracias al heroísmo de los pasajeros del vuelo 93 de United Airlines, demostró que a Estados Unidos se le podía atacar dentro de sus propias fronteras, utilizando su propia infraestructura, la aeroportuaria, para sembrar el terror.
De la incredulidad al miedo, del miedo al coraje, el pueblo estadounidense lloró a sus muertos y heridos durante los días de duelo nacional decretado por el entonces presidente George W. Bush, quien anunció el inicio de un nuevo conflicto bélico a escala global, la Guerra Contra el Terrorismo, que llevaría a su país a invadir Afganistán en la búsqueda de Osama Bin Laden, líder del grupo terrorista islámico Al-Qaeda, quien se había adjudicado los ataques.
A lo largo y ancho del orbe, la solidaridad con nuestro vecino país se hizo latente y se establecieron medidas que cambiarían la seguridad internacional como nunca antes: A partir de entonces, se aplicarían rigurosos filtros en los aeropuertos de todo el planeta, incrementando la vigilancia en accesos fronterizos e investigación de visitantes sospechosos, todo ello en aras de una mayor protección ante la presencia de intrusos que pudieran generar otra catástrofe de tales dimensiones.
La Guerra Contra el Terrorismo âseí±alada por muchos analistas y politólogos como la Tercera Guerra Mundialâ, evidenció las nefastas consecuencias del extremismo religioso, además de la necesidad de fortalecer las fronteras, en el marco de la era de la globalización, cambiando para siempre los parámetros de tránsito internacional, marcando definitivamente la historia contemporánea de la humanidad, apenas a un aí±o de iniciado el nuevo milenio.
A veinte aí±os de distancia, este 11 de septiembre de 2021, el horizonte de Nueva York se ilumina con las estelas de luz que perpetuamente alumbran el lugar donde existieron las fatídicas Torres Gemelas; y aunque tanto Estados Unidos como el mundo parecen poco a poco recuperarse de este dramático acontecimiento, el regreso del extremista grupo Talibán al frente del gobierno afgano reaviva la inestabilidad en el históricamente conflictivo Miedo Oriente, así como el temor al avance del islamismo terrorista en el mundo entero, que no ha vuelto a ser el mismo, desde el 9/11 de 2001.
