
La inundación de 1954, que dejó pérdidas materiales y humanas, obligó a una gran cantidad de la población a buscar zonas más altas.
Por: Mística Pérez
Piedras Negras, Coahuila. - Un día como hoy pero de 1954, Piedras Negras vivía una gran catástrofe natural, una inundación que dejó daí±os materiales impresionantes, alrededor de 60 vidas perdidas, oficialmente, porque se hablaba de que eran muchas más, incluso los diarios tenían en primera plana que Piedras Negras había muerto.
Esta tragedia obliga a una gran cantidad de la población a buscar zonas más altas y así el municipio empezó a poblarse más, en este entonces el gobernador del estado, Román Cepeda, en coordinación con el presidente municipal Rolando González, inició con labores para apoyar con la limpieza en las zonas que se vieron más afectadas, además de que el Gobierno federal negoció la compra del rancho Fisher y es aquí en esta zona donde iniciaron con la construcción de viviendas para los afectados.
Las viviendas tenían un valor de 3,750.00 pesos, algunas tenían un precio más bajo y las familias damnificadas que aceptaron estas viviendas pagaban alrededor de 25 pesos por mes. Sin embargo, cuando llegó Juan Lobo Goribar, gestionó con el gobernador Raúl Madero para condonar la deuda a los afectados.
Cuando llegaron los primeros pobladores a esta zona, la colonia obtuvo el nombre de 28 de Junio para recordar el motivo que los hizo llegar a esta área de la ciudad y poco a poco se inició con la introducción de servicios básicos, pues no los tenían y para poder tener agua potable tenían que buscarla en otras zonas, después se inició con la introducción de tubería de agua potable, después de drenaje y más adelante con la electrificación del lugar.
Aunque hoy se cumplen 67 aí±os de toda esta historia que inició como una tragedia, pero que ahora para los residentes de este sector es una fortuna la ubicación de sus viviendas porque se encuentran cerca de muchos negocios, centros comerciales, entre otras cosas.
FUNDADORES
María Guerrero Gómez recientemente cumplió 101 aí±os y nos cuenta con detalle algunos de los sucesos ocurridos durante esta inundación: âYo vivía en la colonia Mundo Nuevo, nos avisaron a todos que debíamos salirnos porque venía el agua, algunos no querían irse, pero yo alcancé a salir a tiempo; el presidente mandó personal para que nos sacaranâ, comentó.
Dijo que en ese entonces su hijo más pequeí±o tenía dos aí±os y que por la pérdida de sus bienes se fue un tiempo a vivir a la colonia Villa de Fuente, sin embargo, âel presidente estuvo dando viviendas a todos los damnificados y me mandaron hablar para darme una casaâ.
Indicó que ella fue de las primeras personas en llegar a la colonia y lamentablemente la mayoría de sus amigos, conocidos y vecinos de ese tiempo ya no están.
Comentó que en su tiempo como trabajadora, ella hacía de todo para sacar a su familia adelante: Iba a la pizca de algodón, acelga, repollo y cebolla a La Zacatosa y de ahí era donde apoyaba en su hogar, pero también en su nueva casa rentaba su bicicleta para que los nií±os pasearan y hacía diferentes ventas que incluso hasta la fecha continúa con actividades para poder tener dinero y seguir activa.
También seí±aló que las viviendas en un principio se había dicho que eran regaladas por la tragedia, pero por un tiempo pagaron por mes una cantidad establecida, sin embargo, cuando llegó Lobo Gorbar, éste les dijo que no tenían motivo para pagar las viviendas y fue así como los fundadores se quedaron con las casas y no volvieron a pagar un solo peso.
Por otro lado, su hija Juanita Barrón también nos comentó que recuerda vagamente porque solamente tenía 6 o 7 aí±os cuando esto pasó, pero dice que vio cuando unas camionetas pasaban voceando por toda la colonia que el agua iba a llegar, pero no todos hicieron caso; afortunadamente los que tenían casas de dos pisos durmieron arriba, pero sí hubo mucha gente que no logró salirse a tiempo y fue arrastrada por el agua que corría con mucha fuerza.
Dijo que también el agua arrastraba muebles, palos, todo tipo de materiales e incluso seí±aló que se decía que el agua alcanzó a llegar hasta donde ahora es Casa Minerva, en la avenida Emilio Carranza.
Y recuerda que cuando llegaron a la colonia, no había absolutamente nada, sólo monte, muchos árboles y muy pocas viviendas, pero después de su llegada a este nuevo sector, poco tiempo después se empezó a poblar las colonias aledaí±as como es Vista Hermosa y San Luis, así como la Central.
Destacó que también muchos de los fundadores ya fallecieron o ya no viven en el lugar, porque muchos prefirieron vender las viviendas y comprar en otra área de la ciudad.
Ambas están contentas con su casa, pero sobre todo por la ubicación, pues gracias al crecimiento de la mancha urbana la mayoría de los centros comerciales, el seguro, así como los restaurantes están cerca de su hogar. Para ellas esta tragedia se convirtió en una luz y ahora se encuentran felices y disfrutan de la familia, que es muy grande, e incluso una de sus hijas es casi su vecina, también constantemente su hermana la visita.
La casa de la seí±ora María se encuentra en perfecto estado a pesar de los 67 aí±os que tiene, además de que ha trabajado para mantenerla en un buen estado, también agradeció el apoyo que recibieron en este entonces porque recuerda que les daban despensas, ropa, entre otras cosas porque habían perdido todo, un 28 de junio pero de 1954.



