
El frágil vehículo terminó su loca carrera a aproximadamente 25 kilómetros de la cinta asfáltica.
Por: Enriqueta DelgadoÂMúzquiz. - Un militar decapitado y otro que murió en el Hospital General de Múzquiz, fue el saldo de una volcadura que se registró la maí±ana de este viernes santo a la altura de la conocida Curva Guillén, carretera estatal No. 20, tramo Palaú-Múzquiz, hechos de los que tomaron conocimiento elementos de Mando ínico de esta localidad, quienes al arribar al lugar y hacer la inspección, primero encontraron la cabeza humana entre los matorrales y a unos metros estaba el cuerpo de quien tenía 23 aí±os de edad.
De acuerdo a información que se dio a conocer esta maí±ana alrededor de las 7 horas, el joven decapitado respondía al nombre de Jacobo íngel Ramírez Vázquez, de 23 aí±os, con domicilio en calle Jalisco 746 del fraccionamiento Reforma de esta localidad, de oficio militar y el otro joven, al parecer desertor de la milicia, respondía al nombre de Jesús Emmanuel Ornelas Aguirre, quien murió minutos después de haber sido trasladado por la Cruz Roja al Hospital General de Múzquiz, y hasta el momento se desconocen las causas.
Las autoridades tomaron conocimiento del accidente volcadura de un Aveo de reciente modelo, color blanco, Placas de circulación FMY-76 26, cuyos hechos ocurrieron en la conocida Curva Guillén, en donde el frágil vehículo terminó su loca carrera a aproximadamente 25 kilómetros de la cinta asfáltica.
Al llegar los oficiales de Mando ínico, como primeros respondientes en estos casos, al hacer la inspección pedestre encontraron una cabeza humana a unos 10 metros del vehículo, así mismo se observa otra persona a un lado de la unidad, quien fue trasladado al Hospital General, donde momentos después falleció debido a las lesiones que sufrió.
Continuando con la inspección los elementos encontraron el cuerpo a unos 40 metros del lugar donde habían encontrado la cabeza.
Al lugar acudieron también elementos de la Fiscalía General del Estado, al mando de Adrián González con dos elementos, así como personal de servicios periciales y oficiales de la Sedena, haciéndose cargo del resguardo del lugar, en virtud de que eran dos elementos del ejército, uno activo y una al parecer desertor los que murieron tras protagonizar la trágica volcadura.