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Una década de sangre en la guerra contra el narco

La estrategia de combatirlos sigue causando daños colaterales.

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La estrategia de combatirlos sigue causando daí±os colaterales.

Por Agencias 

Ciudad de México.- Diez aí±os después del inicio de la Guerra contra el Narco, emprendida por el expresidente Felipe Calderón en diciembre del 2006, ésta se ha vuelto interminable y ha fracasado para poder detener la violencia que se registra en varias regiones del paí­s.

Es cierto: en los últimos 10 aí±os se han detenido a los principales capos mexicanos del narcotráfico, pero sus capturas o abatimiento por parte de las fuerzas federales no se ha traducido en una disminución de la violencia en el paí­s ni en un debilitamiento de los cárteles de la droga.

La estrategia de combatirlos sigue causando daí±os colaterales: miles de muertos en México, desapariciones de personas y violaciones a los derechos humanos.

¿Ha sido un fracaso la Guerra contra el Narco que comenzó hace 10 aí±os el expresidente Felipe Calderón?

Reporte Indigo entrevistó a escritores, intelectuales, activistas y periodistas para conocer sus opiniones sobre la época más violenta que se ha registrado en el paí­s desde la Revolución Mexicana.

Enrique Krauze, Lorenzo Meyer, Héctor Aguilar Camí­n, Javier Sicilia, Jorge Castaí±eda, Ricardo Ravelo, Anabel Hernández, José Reveles y Fernando Gómez Mont, entre otros, hablan sobre esta estrategia que involucró sacar al Ejército Nacional a las calles.

Pero los calificativos de esta nueva Decena Trágica de México son por sí­ mismos elocuentes: “década infernal”, “guerra civil”, “desastre”, “fracaso”, “catástrofe” y “una de las grandes equivocaciones de nuestra historia reciente”.

Fue el 11 de diciembre de 2006, a pocos dí­as de llegar a la presidencia Calderón Hinojosa, cuando su secretario de Gobernación, Francisco Ramí­rez Acuí±a, acompaí±ado del Gabinete de seguridad, anunció el comienzo de la Operación Conjunta Michoacán, con más de 5 mil efectivos federales para combatir al crimen organizado en ese estado.

“Esto inmediatamente traerá la recuperación de los espacios públicos que la delincuencia organizada ha arrebatado; recuperación que acabará con la impunidad de los delincuentes que ponen en riesgo la salud de nuestros hijos y la tranquilidad de nuestras comunidades”, dijo aquel dí­a el jalisciense.

Diez aí±os después suman hoy 172 mil 876 homicidios dolosos en 2007-2016, según la estadí­stica del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), y 28 mil 937 personas en condición de desaparecidas, según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas.

Además del insondable reservorio de dolor alimentado por una interminable cantidad de ví­ctimas, junto a incontables capí­tulos trágicos y definitorios para México, a veces en los medios, a veces no, y simbolizados claramente en el caso Ayotzinapa de 2014, con la desaparición y, según las autoridades, muerte, de 43 jóvenes normalistas en el estado de Guerrero.

“Ha sido una guerra catastrófica; una guerra, además, muy larga, que no parece tener fin, que sigue repitiendo sus peores sí­ntomas. Es una de las grandes equivocaciones de nuestra historia reciente, y la estamos pagando muy caro”, dice el escritor e historiador Héctor Aguilar Camí­n.

Para el historiador Lorenzo Meyer, el expresidente Felipe Calderón intentó con la Guerra contra el Narco ganar legitimidad tras la cerrada elección del 2006 y consagrarse con el Gobierno de Estados Unidos.

“Fue una manera rápida de adquirir legitimidad, estar al mando de una fuerza armada y ser visto como una persona dura, seria, que viene a salvar a la sociedad. Echó la moneda al aire y no le salió lo que él querí­a, y entonces la guerra se la heredó a Peí±a Nieto, que todaví­a no sabe qué hacer con ella y no sabemos los mexicanos qué hacer con ella. Se quieren cambiar los marcos jurí­dicos para que el Ejército y la Armada tengan mayor injerencia en los aspectos de seguridad. ¿Es eso un triunfo? ¿Es eso a lo que querí­amos llegar? Creo que no”.

La Guerra contra el Narco en México detonó el surgimiento de una sociedad cada vez más actuante y, antes, solidaria, en expresiones como el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad del poeta Javier Sicilia, las asociaciones civiles vigilantes del Estado, y aquellas iniciativas para exigir la actuación de las autoridades.

“Es una década infernal, absolutamente infernal, de una incapacidad del Estado por ser Estado. Este Estado, desde 2006 al 2016, es un Estado gobernado por delincuentes y criminales”, acusa el poeta y activista Javier Sicilia, quien fundó el Movimiento por la Paz.

FUE NECESARIA: Gí“MEZ MONT

Fernando Gómez Mont fue el tercer secretario de Gobernación en el sexenio de Felipe Calderón.

Llegó al despacho de Bucareli tras la trágica muerte de Juan Camilo Mourií±o, en noviembre de 2008 y renunció al cargo en julio de 2010.

Durante el poco más de aí±o y medio que estuvo al frente de la Segob, fue la época en que se registró uno de los mayores í­ndices de violencia y barbarie en el paí­s.

En entrevista, el exsecretario de Gobernación asegura que estos repuntes en la violencia, que alcanzaron su punto más alto en 2010, fueron consecuencia de las acciones puntuales del Estado.

“Es una época muy dura en donde los í­ndices suben porque se estaban subiendo las consecuencias de aplicar contenciones que no se habí­an aplicado con anterioridad, porque en mi opinión se habí­a subestimado en los aí±os anteriores el problema”.

Aunque uno de los grandes cuestionamientos sobre el combate al narcotráfico es la falta de un replanteamiento de la estrategia ante los evidentes resultados, el exfuncionario asegura que la estrategia era revisada constantemente, aunque, a la distancia, cree que hicieron falta otras acciones.

“Uno de los grandes aprendizajes que hubo es que no sólo bastaba con reforzar los mecanismos de la aplicación de la ley, sino también entrarle a otros temas que tendí­an a la construcción de un tejido social que inhibiera más el espacio social sobre el cual se produce la impunidad y la violencia”.

Gómez Mont reconoce que en el sexenio de Calderón hubo errores en implementación, que sin embargo dejaron aprendizaje, pero afirma que las acciones que se tomaron son las que en ese momento eran las que consideraban adecuadas.

‘El mito de la guerra’

El sociólogo y profesor del Colegio de México, Fernando Escalante, sostiene que será dificí­l saber si la Guerra contra el Narco detonó una mayor violencia en México.

El autor del libro El Crimen Como Realidad y Representación, seí±ala que lo más fácil es culpar al narcotráfico del incremento en el número de homicidios que se registró en los últimos 10 aí±os.

“Creo que todaví­a no sabemos del todo bien qué es lo que ha pasado en estos últimos 10 aí±os, y creo que han pasado muchas cosas distintas. Tendemos a englobar toda la violencia que ocurre en el paí­s y muchas otras cosas, con el nombre genérico del ‘narcotráfico’, y con eso se aclara poco.

“Es indudable que un factor fundamental de la violencia tiene que ver con las organizaciones dedicadas al contrabando de drogas, pero hay mucha más violencia y no sólo esa, y hay que atribuirla desde luego a otros factores. Yo tengo la idea de que no hay una explicación única, sino que coinciden varios factores en esta violencia.

Con información de Reporte índigo

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