WhatsApp
Pronostico del tiempo
Puentes Internacionales
Twitter
Instagram
YouTube
Facebook

+

Saltillo vive una guerra de bocinas

Según información de la autoridad municipal, “los lugares con más reportes son las calles Victoria, Aldama y Acuña”, de donde surgen 76 denuncias semanales en promedio.

  • 284

Según información de la autoridad municipal, “los lugares con más reportes son las calles Victoria, Aldama y Acuí±a”, de donde surgen 76 denuncias semanales en promedio.

Por: Rosalí­o González

Saltillo, Coah.- El Centro Histórico se ha convertido en una bomba de cumbias, norteí±as y reguetones, donde los comerciantes compiten por tener la mejor bocina y el mayor nivel de volumen; sobre las banquetas, dentro de los negocios y en los escalones, la música y los anuncios suenan varios metros a la redonda y retumba en los oí­dos de quienes pasan cerca.

No solamente en el Centro, el ruido desmedido ha invadido también las colonias populares: Zaragoza, Saltillo 2000, Mirasierra, Morelos y Valle de las Flores, de donde se hace el 60% de los reportes semanales y algunos vecinos aseguran haber perdido parcialmente el oí­do.

La cantidad de personas que denuncian a un vecino o a un comercio por su ruido es alarmante y va en aumento: 120 a la semana, según la Dirección de Ecologí­a Municipal, además de la cifra negra de quienes tienen que soportar la música o los cantos desgarrados en los karaokes sin denunciar porque no confí­an en la autoridad o quieren evitar problemas.

“Entre semana recibimos hasta 90 quejas”, dijo Horacio Hernández, coordinador de la Inspección de Ecologí­a, “y solamente en el fin de semana la cifra es de 30 denuncias”, informó el director del departamento, Pedro Valdés Moncada.

Nadie respeta la norma sobre ruido Según la norma ambiental, nadie en Saltillo deberí­a rebasar los 65 decibeles de volumen, sin embargo, es una utopí­a, solamente en el Centro Histórico, la zona de mayor conflicto sobre el tema del ruido, las enormes bocinas rebasan desde las 10 de la maí±ana y hasta las 6 de la tarde cualquier intento de salud auditiva.

En un ejercicio realizado por Zócalo Saltillo, durante un recorrido por las calles principales del primer cuadro de la ciudad se pudo corroborar que por ejemplo en la calle Aldama se puede caminar desde Acuí±a hasta Obregón sin poder descansar los oí­dos.

“Es para atracción de la gente”, dijo una comerciante al ser cuestionada por tener cuatro bocinas a todo volumen. Aldama es una de las zonas más ruidosas en esta bocina viviente llamada Centro Histórico.

Según información de la autoridad municipal, “los lugares con más reportes son las calles Victoria, Aldama y Acuí±a”, de donde surgen 76 denuncias semanales en promedio.

“Hemos procedido en siete ocasiones”, dijo el director de Ecologí­a, incluso en uno de esos procedimientos terminaron clausurando una tienda de teléfonos móviles sobre la calle Victoria.

Las multas para los negocios que incurren en esta falta pueden llegar hasta los 14 mil pesos. “Es en casos excepcionales en los que no queda de otra más que multar”, dijo el coordinador de Inspección.

Al ritmo del hambre

Hay una zona intermedia entre lo habitacional y comercial, se trata del bulevar Pedro Figueroa, donde mezclan las casas con los negocios principalmente de comida, bebida y antros.

“Esa zona los fines de semana se convierte en un serio problema”, y es que desde los viernes la “calle del hambre” baila desde las 10 de la noche hasta las 2 de la madrugada, “y como hay casas cerca, la gente se molesta, sobre todo en donde hay antros”.

“Es una situación extraordinaria” que se debe principalmente a la mala planeación urbana que atiborró casas con centros de entretenimiento, que por su naturaleza necesitan de la música en volumen alto para funcionar y ser atractivos.

En el Centro hay un ritmo propio en la noche, donde la iglesia de San Esteban convive con el ruido de los bares y restaurantes de la zona, pero ahí­ los horarios de los sitios no interfieren con el funcionamiento del centro religioso. Bulevares que parecen carnaval

Las colonias viven su propio viacrucis con el ruido, en el bloque nororiente de Saltillo, que incluye las colonias Mirasierra, Nuevo Mirasierra, Morelos y Zaragoza, el ambiente mezcla la música y anuncios de los comerciantes y los mismos vecinos.

“Además de ese bloque está la Saltillo 2000, que por sí­ sola es un foco de conflicto”, dijo el director de Ecologí­a.

Las colonias antes mencionadas tienen un factor en común: en todas hay un gran bulevar principal, por donde pasan la mayorí­a de los vecinos para llegar a sus casas, lo que los vuelve una zona rentable para el establecimiento de negocios, que ante la oferta compiten como en el Centro por ver quién grita más.

En esos bulevares lo mismo se puede ver un automóvil con unas bocinas en el techo anunciando la venta de plátanos o tamales, que un vehí­culo particular con música de banda a un volumen tan alto que les hace rebotar vidrios y puertas.

“Luego la gente de pronto toma la calle para hacer una fiesta y sacan su bocina y ponen su música y los vecinos a quejarse”, dice Valdés Moncada, pero a eso le falta la iniciativa de los vecinos que envueltos en la fiesta deciden sacar un micrófono y ponerse a interpretar las canciones de su agrado.

“Es algo insoportable, primero el ruido de la música y luego sus voces que no son muy agraciadas”, opinó Jaime Ramí­rez, vecino de la colonia Zaragoza, quien aseguró haber perdido un porcentaje de su audición debido a que su taller mecánico se encuentra cerca de negocios que durante todo el dí­a tienen funcionando grandes bocinas.

“Luego mis vecinos no son gente que solamente escuche la música un rato sino que pueden empezar en la tarde y es de madrugada y ellos siguen”, comentó Celso Soto, vecino de otra de las colonias en conflicto.

Y al problema se le suma la música en vivo, los problemas entre vecinos, la contaminación auditiva y los problemas de salud que esta genera.

Publicación anterior Abandona su automóvil y logra huir
Siguiente publicación Frustran el suicidio de joven padre de familia
Entradas relacionadas
Comentarios
  TV en Vivo ;