Advierte Universidad de Washington más decesos en 3 meses si no se endurecen protocolos sanitarios
Por: Grupo Zócalo
En los próximos tres meses, el Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington prevé que México contabilice 145 mil defunciones por Covid-19, en el mejor escenario, y 152 mil en el peor, en caso de que se relajen las medidas de higiene.
Al respecto, especialistas consideran que el Gobierno federal aún puede modificar su estrategia, pero para reducir el número de contagios y muertes debe hacer sinergia con la sociedad.
Las cifras del instituto indican que la segunda ola de Covid-19 en México será menos intensa que la primera, con menos contagios y un promedio de entre 400 y 500 muertes diarias, con un punto máximo entre el 29 y el 31 de diciembre, para descender durante todo enero.
âEs claro que el Gobierno puede mejorar o modificar su estrategia para hacer frente al Covid-19, implementar el uso del cubrebocas; si bien no es necesario que se use la fuerza pública, podrían hacer campaí±as para impulsar el uso masivo de este insumo; sin embargo, no basta con que se amplíe la red hospitalaria o se den a conocer las medidas de mitigación, la sociedad también debe hacer equipo con las autoridades y respetar las medidas de higiene y sana distancia; si las medidas se relajan, las cifras no van a descenderâ, afirma Alejandro Macías, infectólogo de la UNAM.
El informe del IHME resalta que la temporada invernal ejercerá una presión extrema sobre la ocupación de camas de hospital y de las unidades de cuidados intensivos en la mayoría de los estados.
âLa mayoría de los sistemas estatales de salud experimentarán un estrés extremo en su capacidad de camas de hospital y de cuidados intensivos, desde noviembre a febrero. Las entidades más afectadas serían Aguascalientes, Baja California, Coahuila, Durango, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Ciudad de México, Estado de México, Nayarit, Nuevo León, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas, en camas generalesâ.
Un Calvario por una cama
A principios de noviembre Fabiola inició la búsqueda de una cama de hospital para su padre que cree haberse contagiado de Covid-19; en su lugar halló nosocomios llenos y rechazo para internarlo, generó deudas de miles de pesos y malestares. Cuando su papá comenzó a toser y le faltaba el aire hasta para hablar, llamaron a Locatel donde le diagnosticaron alto riesgo de tener el nuevo coronavirus.
A los dos días su padre no podía respirar y decidieron llevarlo a un hospital. Pasaron por el General de Tláhuac, el de Especialidades Belisario Domínguez y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), pero después de ocho horas entre traslados y espera volvieron a casa.
La desesperación al ver que no mejoraba los hizo buscar un doctor privado, que le recomendó oxígeno mientras volvían a llamar a las autoridades, pues no cuentan con seguro médico y escucharon que toda atención de Covid-19 sería gratuita. Su padre empeoró, casi se desmayó y por eso volvieron a peregrinar por hospitales.
Una enfermera les dijo que parecía tener una neumonía y tras dos nosocomios llenos en Tláhuac e Iztapalapa, llegó al Hospital de Ajusco Medio, en Tlalpan, donde lo recibieron solo por un par de horas.
âMe lo regresaron y me dijo el doctor que no lo podían dejar ahí porque no requería ventilador y él podía estar en casa. Le dije que ya llevaba muchos días mal, pero solo me dijo que le pusiera oxígeno, un medicamento y que aunque parecía que sí tenía Covid sentía que ya no era necesaria una pruebaâ.
Fabiola devolvió a su padre a casa. A una semana de que estuviera en crisis, lo cuida en una casa donde conviven 10 familiares entre adultos mayores y menores.
La primera vez que llamó a Locatel en lugar de ingresarlo a un hospital le dieron un kit con mil pesos que pudo cobrar 15 días después y una despensa, pero afirma que prefería la atención médica.
"Pedimos prestado. Los mil pesos nos ayudaron para despensa porque en los lugares que recibían la tarjeta no vendían medicamento y conseguimos 10 mil para dejar un depósito para el oxígeno, pero con los 2 mil de la renta, ya no sé qué hacerâ.
El primer tanque les costó 5 mil pesos más el llenado. En medicamentos gastaron más de 6 mil pesos.
Hasta este jueves, el padre de Fabiola seguía en casa, pero ya había avisado que el fin de semana volvería a trabajar en la gasolinera, pues necesitan el dinero.