Angela Primachenko estaba embarazada de 33 semanas cuando empezó con los síntomas propios de la enfermedad
Por Grupo ZócaloÂEstados Unidos.- La historia de Angela Primachenko está dando la vuelta al mundo. Y es que esta mujer residente en la ciudad de Vancouver (Washington) acaba de recibir el alta del hospital tras haber dado a luz a su pequeí±a, Ava, hace tan solo unos días. Lo más llamativo es que esta joven de 27 aí±os no tuvo un parto común al contagiarse de coronavirus.
Angela Primachenko estaba embarazada de 33 semanas cuando a finales del mes de marzo se hizo la prueba de COVID-19 porque tenía fiebre y otros síntomas relacionados con la enfermedad, tal y como ha explicado al medio estadounidense « Today«.
Muy poco después empeoró. Tanto que acabó en la UCI con respirador y en coma inducido. Su situación preocupaba mucho a los médicos que no sólo querían salvar la vida de Angela: también la de la pequeí±a.
Así, los médicos del Legacy Salmon Creek Medical Center decidieron inducirle el parto. Estaba de 34 semanas. El objetivo era darle a Angela «más oportunidades de pelear y al mismo tiempo proteger a su hija», según cuenta «Today», medio al que la joven ha concedido una entrevista.
«Siento que soy un milagro andante«, ha confesado desde su casa después de recibir el alta el 11 de abril. »Obviamente, nadie esperaba que enfermara tanto«, ha asegurado la joven, reconociendo que »no esperaba dar a luz« a su nií±a teniendo en cuenta todo lo que pasó. »Despertar de repente y ver que ya no tenía barriga fue alucinante «, ha dicho.
Ava, nada más nacer, fue trasladada a la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), donde aún permanece. Durante su estancia en el hospital, Angela solo pudo conocer a su pequeí±a por videollamada.
Como también pasa en Espaí±a, cuando Angela abandonó la UCI días después de dar a luz, todos los médicos la aplaudieron. Emocionada, fue traslada en camilla a planta, donde continuó recuperándose unos días más. «Todos hicieron una gran ovación», recuerda. Por suerte, hoy ya está en casa. Pero su pequeí±a no, aunque ya puede abrazarla porque ya ha superado la enfermedad después de haber dado negativo en las nuevas pruebas por coronavirus. «¡Llorando ahora mismo! ¡Estoy libre de Covid-19! ¡Y sosteniendo a mi bebé en mis manos!», ha dicho en Instagram, donde ha publicado recientemente una foto en la que por fin tiene a Ava entre sus brazos. «Ava lo está haciendo genial y está ganando peso cada día como una campeona. ¡En una semana más o así podré llevármela a casa!», asegura en otra publicación en la que aparece con mascarilla porque es el protocolo que establece la UCIN. Su marido, David, y su hija mayor, de tan solo 11 meses, Emily, esperan la llegada a casa del nuevo miembro de la familia. Por suerte, ambos han dado negativo en las pruebas de coronavirus. «Hay esperanza«, recordó íngela durante la entrevista. »Incluso en los días más difíciles y en los momentos más difíciles hay esperanza y puedes confiar en Dios, en las personas y en la comunidad. Fue increíble la cantidad de personas que rezaron por mí. Estoy muy agradecida«, aseguró. Por último, la joven explicó que el nombre de Ava no es casual: «Significa 'aliento de vida' '', dijo.»Ella es nuestro nuevo aliento de vida«.
