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Vencen 3 al coronavirus en Coahuila

Un médico y otros dos pacientes lograron escapar del ‘piso de la muerte’ en la Clínica 7 del IMSS.

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Un médico y otros dos pacientes lograron escapar del ‘piso de la muerte’ en la Clí­nica 7 del IMSS.

Por Grupo Zócalo

Saltillo, Coah.- Del epicentro mismo de la expansión del coronavirus en Coahuila, la Clí­nica 7 del IMSS en Monclova, tres pacientes, uno de ellos el médico nefrologo, Arturo Teotl Formacio, lograron vencer al virus y se encuentran ya en proceso de recuperación.

La enfermera Juanita Cisneros Ramí­rez, relató a Tele Zócalo Nocturno, que el hecho de la recuperación de tres infectados por el Covid-19 generó una emoción casi indescriptible, ya que “es un virus que nos ha atacado muy fuerte. Vemos cómo los pacientes sufren, cómo los familiares sufren”.

Escapan monclovenses del ‘piso de la muerte’

Y el milagro ocurrió. Tres pacientes escaparon del infierno de “el piso de la muerte”, de la Clí­nica 7 del IMSS en Monclova: junto con el personal hospitalario, vencieron el coronavirus y están en proceso de recuperación.

La enfermera Juanita Cisneros Ramí­rez, compartió en redes sociales la recuperación de los pacientes, con la autorización de directivos hospitalarios y de los familiares.

“Es una emoción muy grande, es un virus que nos ha atacado muy fuerte. Vemos cómo los pacientes sufren, cómo los familiares sufren”.

El médico nefrólogo, Arturo Teotl Formacio, fue uno de los pacientes que logró abandonar el hospital, lo mismo que otra hombre y una mujer.

“Fue una emoción muy grande saber que un paciente iba a ser dado de alta. No sabí­amos que iba a ser el doctor. Nosotros querí­amos transmitir el primer paciente que salí­a del Instituto ya sano del virus y fue una sorpresa que fue el doctor Teotl, compaí±ero aquí­ en la Clí­nica 7, fueron más de 10 dí­as que estuvo aquí­ internado.

“Nos da enorme gusto que salga, que ya esté con su familia, que disfrute en su casa. Después del doctor nos dieron la noticia que iban a salir dos pacientes más, una seí±ora y un seí±or. Les pregunté ¿me permiten tomarles una foto porque son sobrevivientes de Covid? La seí±ora muy emocionada me dijo ‘sí­, mi reina, claro que sí­â€™, igual el seí±or me dijo ‘claro que sí­, les tomé las fotos y las subí­ a mi cuenta de Facebook”.

El milagro en “el piso de la muerte” se volvió viral en las redes sociales y se convirtió en un aliento de esperanza para los doctores, enfermeros, terapistas y demás personal hospitalario, incluyendo de limpieza, que lucha en la lí­nea de fuego para salvar a los pacientes.

Agradecidos

Las largas jornadas son agotadoras, el cansancio los agobia, el ambiente es asfixiante, el estrés los envuelve y al finalizar el turno terminan baí±ados en sudor.

“Llegamos cansados a nuestras casas, pero ver esto nos recarga las pilas para seguir echándole las ganas con los pacientes que tenemos todaví­a en piso”.

Pero no están solos. La sociedad les reconoce su valor y sacrificio; afuera del hospital se escuchan los cláxones de los carros, la gente les muestra expresiones de aliento, les llevan agua, refrescos y comida.

“Estamos enormemente agradecidos con las donaciones que nos han hecho, desde overoles, mascarillas, cubrebocas, goggles, porque en el Instituto no tenemos los insumos para salir adelante, trabajar con los pacientes y muchas empresas vienen y nos donan goggles, overoles, cubrebocas, algunos de nosotros los compramos con nuestros medios, nuestras mascarillas, nuestros cubrebocas para nuestra protección.

“También tenemos familia; hijos, papás, hermanos y queremos detener esta pandemia y sabemos que una de las maneras es usando equipo de protección”.

Además invita a la ciudadaní­a a permanecer en casa y no recibir visitas. Así­ es cómo pueden ayudar.

“Esto es real, el virus es real. Aquí­ tenemos los pacientes sufriendo porque no están con su familia y su familia también… muchas gracias a todos los que nos apoyan y nos dicen ‘Dios los bendice’, ‘eres nuestro héroe’”.

https://www.facebook.com/watch/?v=3213840448647646

Implica riesgos

Su labor implica un gran sacrificio y en ocasione es triste y frustrante. Deben mantener la distancia con sus seres queridos y extremar las medidas de seguridad tanto en el hospital como al llegar a casa, luego de estar en la primera lí­nea de fuego en la batalla contra el coronavirus.

Ver a un familiar hospitalizado es lo que menos desean. Refiere que las autoridades del IMSS les proporcionaron equipo de protección personal, pero están abiertos a recibir insumos.

Dice que también son personas de carne y hueso y eligieron esta profesión sabiendo los riesgos que implica, con una gran vocación de servicio.

Ante el coronavirus arriesgan la vida. En su caso, al llegar al hospital se encomienda: “Dios, soy un instrumento tuyo y a trabajar”.

Posible negligencia

Al interior de la Clí­nica 7 del IMSS habrí­a ocurrido un caso de negligencia médica. Familiares de Gerardo Iracheta Pecina, sospechan que murió porque no le practicaron la prueba para detectar el coronavirus y tampoco lo atendieron de manera adecuada de la diabetes que padecí­a.

Su esposa, Juanita Yazmí­n Garcí­a, explica que es probable que haya contraí­do el Covid-19 en el área de Urgencias.

“Los dos entramos como sospechosos. A mí­ me internaron en Urgencias, yo no podí­a respirar, tosí­a mucho. í‰l se empieza a sentir mal en casa, me dice que se siente mal, que le duelen los huesos, mi cuí±ada va por él, llegan a las 8:30 de la noche, los atienden hasta la 1:30 de la maí±ana.

“La doctora le dijo textualmente a mi cuí±ada: no tomo signos vitales porque no tengo equipo médico y no tengo enfermera, lo vamos a pisar directo a Piso Tres a islarlo. Como mi cuí±ada le dijo que yo estaba en urgencias, me subieron también al piso tres”.

Reclamos

Ocuparon un mismo cuerpo. Por la maí±ana, el doctor Méndez acude a checarlos de manera rápida, sale de la habitación, no regresa, le pregunta a la enfermera por el doctor y la enfermera le responde que ya se fue y solo dejó indicaciones de medicamento, pero no contaban con él.

Un dí­a después le pregunta al doctor por la prueba de Covid y le responde que no ha llegado el resultado.

“No la habí­an hecho. El viernes llegan al mediodí­a y me dicen ‘traigo la prueba de Covid para usted’ y le digo ‘¿la de mi esposo?’ Dijo ‘no, de su esposo no traigo, nada de usted’. Bueno, me la tomaron a mí­, se fueron y él querí­a que lo baí±ara, los enfermeros no lo baí±aron, yo le ayudé, cenamos los dos y me dice ‘amor, me siento mal’, ¿pero qué sientes? Nada más se dejó caer, le grité a la enfermera, viene, le baja la bata y estaba sudando mucho, frí­o”.

Juanita Yazmí­n gritó por un médico y, sin acercarse, le respondí­an a gritos que no habí­a doctor,

La enfermera empezó a checarlo. La esposa le comenta que es diabético y le responde que no tiene aparato para medir el azúcar; ella le presta el aparato personal, le dicen que marca error.

“¿Cómo que marca error? Se lo arranqué de las manos, empecé a checar el instructivo, cuando estaba checando el instructivo la enfermera dice al enfermero ‘ya le inyecté 10 para subirle el azúcar ¿le pongo otros 10’. Y le dice ‘sí­â€™. En ese momento vi que marcó bien, le tomó la sangre y le digo ‘ seí±orita, mire, marca 427 de azúcar’. Dice ‘¿entonces la trae alta?’. Sí­ seí±orita ¿por qué le inyecta si no sabe si es alta o baja? Desde el martes que entramos saben que es diabético y nunca le han checado el azúcar”.

Debí­an aplicarle insulina azul y en ese momento no habí­a, tampoco jeringa.

Sin prueba

“En todos esos momentos él nada más abrí­a los ojitos y los cerraba y exhaló dos veces y fue todo. No se pudo hacer nada más. Esos segundos fueron cruciales y no habí­a médico, la enfermera no estaba capacitada. Era una cosa desesperante”.

“En el acta de defunción le ponen ‘Insuficiencia Respiratoria Agua y Neumoní­a Atí­pica’. ¿De dónde sacan esa información? Si no le hicieron prueba del Covid y la azúcar la traí­a súper alta, no la supieron controlar. Si dicen que le hicieron prueba, que me la enseí±en, y que me comprueben o cambien esa acta de defunción porque no es verdad lo que están diciendo, fue negligencia”.

Su esposo presentaba temperatura alta y cuerpo cortado y considera que el contagio lo llevó a la muerte, dejando a dos hijos.

“El viernes fallece mi esposo a las 7 de la tarde y yo seguí­ ahí­, porque no habí­a doctor sábado ni domingo, tení­a que esperar hasta el lunes ahí­ metida y con el dolor de haberlo tenido ahí­ cuatro horas, ya embolsado a un lado de mí­, en mi cama… yo me despedí­ de él besándolo, porque estuve con él hasta sus últimos momentos, pero ni sus hijos lo pudieron ver”.

El lunes la dieron de alta, con la recomendación de permanecer en casa, y le entregaron la prueba del Covid-19 con el resultado negativo.

A su esposo lo cremaron, ninguna funeraria aceptó realizar un servicio normal. Enrique Iracheta, hermano menor de su esposo, está en Estados Unidos y también fue diagnosticado con coronavirus.

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