Un hombre intentó quitarse la vida arrojándose de un puente peatonal en el periférico Luis Echeverría ílvarez
Por: Estefanía González
Saltillo, Coah.-Â Hasta ayer por la noche, Cristian y Andrés,
 eran dos perfectos desconocidos entre sí, pero el destino cruzó sus vidas y sin querer sellaron un pacto que llevarán consigo por siempre: uno le salvó la vida al otro.
âJesús te ama, el suicidio no es la soluciónâ,
 fueron las palabras que utilizó Cristian Balderas, de 16 aí±os y estudiante de preparatoria, mientras sostenía la mano de Andrés de 34, que intentaba arrojarse desde un puente peatonal ubicado sobre el bulevar Luis Echeverría ílvarez.
De acuerdo con el propio suicida, los motivos que lo orillaron a tomar tal decisión fueron los problemas que tiene con su expareja sentimental, quien no le permite ver a sus hijos.
Eran las 21:00 horas, cuando transeúntes observaron al hombre en lo alto del paso elevado que se ubica a la entrada de la colonia Vicente Guerrero, e hicieron el reporte al Sistema de Emergencias 911.
Minutos después se aproximaron dos unidades de la Policía Municipal comandadas por los oficiales Oziel Pavón, Juan Tovar, Filiberto Hernández y Carlos Salmero, quienes desde la parte de abajo del puente intentaron conversar con el padre de familia.
âEspérate, vamos por un café, vamos a platicarâ, fueron las frases más usadas por los oficiales, quienes esperaban más refuerzos para poder subir y cargar a Andrés, pues solamente se estaba sosteniendo del barandal con sus manos y amenazaba con soltarse al vacío desde una altura superior a los 6 metros, en su intento por morir.
Fue así que por varios minutos, Andrés gritaba que ya no quería vivir, debido a que su expareja sentimental no lo deja ver a sus nií±os, mientras que los uniformados continuaban intentando persuadirlo de no cometer una locura.
Conforme transcurría el tiempo, la zozobra y el miedo se apoderaban tanto de los policías como de las personas que se detenían a observar este espectáculo, que infortunadamente se vuelve cada vez más común en la ciudad.
Se sumaron a los esfuerzos por evitar la tragedia, una unidad de Policía Civil Coahuila, otra de Tránsito, elementos de la Fiscalía General del Estado y personal de la Unidad de Integración Familiar (UNIF).
Por encontrarse agitado y con la carga emocional muy fuerte, comenzaron a fallarle las piernas a Andrés y se tambaleó en lo alto de la estructura metálica, pendiendo en el aire, sostenido con una de sus manos.
Fue así como Cristian, se aproximó en cuclillas hasta donde se encontraba Andrés y le sostuvo la otra mano que tenía en el aire, para luego sumarse de inmediato los elementos policiacos, quienes por algunos instantes intentaban cargarlo para regresarlo al puente peatonal, pues en ese momento Andrés, todavía estaba decidido a soltarse y caer al vacío.
Tras varios forcejeos, los oficiales por fin lograron incorporarlo sobre el paso elevado, para que de inmediato, cubriéndole el rostro, lo escoltaran hacia una de las patrullas, para luego trasladarlo hasta las instalaciones de UNIF y brindarle la atención sicológica necesaria.
âAl lograrse el rescate lo que sigue es llevarlo a valorar para conocer su estado de salud con un sicólogo y si es posible se turnará el caso al Cesameâ, seí±aló el encargado de la UNIF, Onésimo Cortes Ruiz.
Un héroe
A sus escasos 16 aí±os, Cristian se convirtió en el héroe de un padre de familia, al descender de la ruta urbana 4B, pues se percató que había un hombre a punto de lanzarse del puente peatonal y su único pensamiento fue el de intentar ayudarlo.
âVenía en la combi, vi que una persona se quería suicidar y lo primero que me pasó por la mente fue ayudarlo; me bajé, corrí y subí el puente, solo le dije unas palabras, âJesús te ama, el suicidio no es la soluciónâ, mencionó el estudiante de preparatoria.
âUna persona me agarró y me dijo âno te bajes, tú no puedes hacer nadaâ, pero no le hice caso; le agarré la mano junto con los policías y le subimos los pies y así lo regresamosâ, comentó.
Christian solamente podía escuchar cómo Andrés deseaba morirse; âél decía âSabes que, suéltame, nada más quiero que me sueltesâ.
Agregó que sintió alegría e ímpetu una vez que lograron poner a salvo a Andrés y aseguró que de ser necesario, lo volvería a hacer.