
El joven pasóÂ las primeras dos noches en una cueva antes de poder armar un refugio improvisado.
Por: Grupo Zócalo
Skwentna, Alaska.- Un joven logró sobrevivir más de tres semanas en Alaska después de que su remota cabaí±a se incendiara. Finalmente, fue rescatado la semana pasada por agentes estatales que lo detectaron desde un helicóptero gracias a una seí±al de âSOSâ estampada en la nieve, informaron medios locales.
Alaska State Troopers afirmó en un comunicado de prensa que Tyson Steele, de 30 aí±os, fue encontrado el 9 de enero en un refugio improvisado en su remota propiedad, ubicada a unos 110 kilómetros al noroeste de la ciudad de Anchorage. Las autoridades llegaron al lugar en un helicóptero para confirmar que Steele se encontraba bien, tras no dar seí±ales de vida durante "varias semanas".
https://youtu.be/98OimFsteCQEl joven contó que había estado en el refugio improvisado desde el 17 o 18 de diciembre, cuando el techo de su cabaí±a se incendió después de quemar un âgran trozo de cartón" en su estufa de leí±a. Steele cree que una chispa del cartón terminó incendiando el techo de la cabaí±a en la que había estado viviendo solo desde septiembre.
Mientras relataba los eventos a la Policía después de su rescate, el joven seí±aló que logró agarrar algunos suministros de su cabaí±a en llamas, pero no pudo salvar la mayoría de sus posesiones, incluido su perro Phil.
Sin medios para comunicarse
Las primeras dos noches después del incendio Steele las pasó en una cueva de nieve antes de poder armar un refugio improvisado de lo que quedaba de su cabaí±a quemada. Logró rescatar alguna ropa manchada de carbón. También racionó comida por unos 30 días de lo que pudo salvar, ya que mucho se derritió o destruyó en el incendio.
El incendio lo dejó sin medios para comunicarse, detalló. Sin teléfono ni mapa, el joven quedó atrapado en una zona con kilómetros de bosques, colinas, ríos y lagos que lo dejaron separado del sistema de carreteras.
https://twitter.com/WNDU/status/1216098706614890499?s=20Steele explicó que estaba preocupado por tratar de llegar a la civilización caminando y caer en uno de los ríos que aún no se habían congelado, y que solo tendría unas seis horas de luz del día para intentar viajar a través de la nieve.
A pesar de todo eso, dijo que todo el tiempo mantuvo la esperanza de que alguien se comunicara con el servicio aéreo para buscarlo.