‘Por una cebollita, mis hijos perdieron la vida’

Los hermanitos siempre fueron muy unidos, y ahora yacen por la eternidad en la misma tumba.

Por: Grupo Zócalo

Culiacán, Sinaloa.- “Por una cebollita, mis hijos perdieron la vida”, reprochó Teresita de Jesús Alvarado Gutiérrez mientras su voz se entrecortaba por el llanto.

El 29 de diciembre del aí±o pasado su nií±a Marí­a José, de 11 aí±os, y Misaelito, de 7 aí±os, se encontraban descansando en la segunda planta de una vivienda del Infonavit Barrancos.

Nunca los dejaba solos, pero ese dí­a tení­a que entregar unos muebles en una zona cercana; los nií±os no quisieron ir porque estaban cansados, habí­an estado todo el dí­a en el negocio familiar. Pensando que nada les pasarí­a, ella partió sin imaginar que era la última vez que los verí­a con vida.

Mientras sus hijos dormí­an, otros nií±os jugaban con cebollitas en la calle y una de ellas cayó en la planta baja, lo que originó fuego en los muebles y otros objetos. En cuestión de minutos toda la casa estaba envuelta en llamas.

Personal de rescate hizo todo lo posible, pero, por desgracia, no pudieron rescatar a los nií±os con vida.

Marí­a José y Misaelito nunca jugaron con cohetes, por el peligro que representan; sin embargo, uno de estos, de los considerados erróneamente como inofensivos, les arrebató la vida, lamentó Teresita de Jesús.

Tristes recuerdos

Para estas mismas fechas del aí±o pasado los nií±os estaban felices pidiendo sus regalos de Navidad.

Desde la tumba de sus nií±os, quienes descansan en un cementerio de Navolato, Teresita de Jesús suplica a los padres de familia que no permitan que los nií±os jueguen con cohetes, es como si les pusieran un arma en sus manos.

Es exponerlos a que pierdan una parte de sus extremidades o, peor, la propia vida. En su caso no solo murieron sus hijos por la culpa de un cohete, ella también quedó muerta en vida.

“A casi un aí±o de la muerte de mis hijos, a mí­ me sigue doliendo el alma. Quisiera que entendieran, que, por favor, entendieran y que hicieran consciencia de que no les den a sus hijos cohetes. Quisiera que ustedes entendieran lo que hace una cebollita. A mí­ me mataron en vida”, detalló con gran dolor.

El único deseo que esta madre tiene para Navidad y Aí±o Nuevo es que ningún nií±o muera ni por balas perdidas, ni por pirotecnia. Pide que, en memoria de sus hijos, ayuden a salvar a otros.

Con información de El Debate.