
Su campaí±a en busca de la Casa Blanca fue guiada por los mismos instintos que lo acompaí±aron a lo largo de toda una vida de audaz promoción de su figura
Por: AgenciasÂNueva York, EU.- Para Donald Trump, la respuesta es clara, la fuerza que impulsa todos sus emprendimientos es su ego, pero también los cambios súbitos en su discurso.
Su campaí±a en busca de la Casa Blanca fue guiada por los mismos instintos que lo acompaí±aron a lo largo de toda una vida de audaz promoción de su figura, ambición y negocios osados.
Durante la madrugada, y ante miles de personas congregadas en un hotel de la Sexta Avenida de Nueva York, su discurso fue mesurado, conciliador, cargado de mensajes de impulso a la economía interna.
Luego de las especulaciones económicas y las caídas en las bolsas del mundo, envió un mensaje de âamistad con quienes deseen ser sus amigosâ, respetando, aseguró, a las naciones, priorizando la situación dentro del suelo estadunidense.
En ese mismo tono, el Presidente electo de Estados Unidos aseguró que llegó la hora de dejar atrás la división. âEs tiempo de que Estados Unidos cierre sus heridas, es tiempo de unirnosâ, afirmó.
Trump, quien fuera rechazado por varios miembros de su partido, tendió la mano a âaquellos a quienes no lo apoyaron anteriormenteâ.
El magnate logró vencer a 16 precandidatos en el seno republicano, cuando, en un principio, se le daban pocas esperanzas de trascender.
EL presidente ruso, Vladimir Putin, fue uno de los primeros en felicitarlo y externarle su apoyo.
Cara derrota
Hillary Clinton, en cambio, entró en la batalla demócrata dos meses antes con un impresionante currículo y un alegre video de presentación que de inmediato la convirtió en la favorita para llevarse la candidatura de su partido.
Parecía encaminada a romper una barrera que no había podido superar en las primarias de 2008 contra Barack Obama, pero no fue así.
De madrugada y luego de confirmarse la victoria de Trump en los comicios tras la obtención de los puntos de Wisconsin, la exsecretaria de Estado llamó vía telefónica al republicano, para reconocer su derrota. Incluso más temprano, su jefe de campaí±a John Podesta salió al estrado en el sitio de reunión de los demócratas, para agradecerles su apoyo, pero que ella, su candidata no aparecería a dar un discurso, no había qué festejar.