El gobierno de Felipe Calderón ofrecía recompensas por los criminales
Por: Agencias
Ciudad de México.- Si el reciente operativo contra Ovidio Guzmán hubiera tenido éxito durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peí±a Nieto, nada garantizaba que pudiera quedarse en prisión por delitos relacionados con el narcotráfico.
A lo largo de esos 12 aí±os, durante la guerra contra el narcotráfico en México, se detuvieron a 233 personas a quienes etiquetaron como las más buscadas del país: las anunciaron en sus informes de gobierno, en el Diario Oficial de la Federación o más tarde fueron catalogadas como âobjetivos prioritariosâ por su presunta jerarquía dentro de los carteles.
Sin embargo, esta investigación periodística de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) revela que apenas lograron sentenciar a 13 de ellos y fue por delitos menores como posesión de armas o de drogas.
La Procuraduría General de la República (PGR) -ahora transformada en Fiscalía- perdió batallas en los tribunales. Tan solo en dos casos obtuvieron penas irrevocables por delincuencia organizada, es decir, una por sexenio.
El 12 de septiembre de 2012, Ramón Pequeí±o García, entonces jefe de la División Antidrogas de la Secretaría de Seguridad Pública federal, se colocó frente a decenas de reporteros y camarógrafos que esperaban en el hangar de la Policía Federal. Entre helicópteros y camiones blindados, el funcionario leyó durante casi 10 minutos y en orden cronológico cada detalle de la carrera delictiva de Ramiro Pozos González, 'El Molca', uno de los narcotraficantes más buscados por el gobierno de México.
Pequeí±o García aseguró que Pozos, entonces de 42 aí±os, era el fundador y líder de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas, extorsiones y secuestros conocida como La Resistencia, un ala del desaparecido Cártel del Milenio, que controló el tráfico de drogas desde Jalisco en los noventa.
El gobierno de Felipe Calderón ofrecía una recompensa de un millón de pesos por la captura de Pozos González. El hombre fue detenido por policías federales en la entrada de su domicilio en el Estado de México.
Desde los noventa Pozos se convirtió en uno de los hombres de confianza de Nazario Moreno, 'El Chayo', líder de los Caballeros Templarios, un cártel que asesinaba y torturaba por âjusticia divinaâ. También fue parte de Los Valencia, organización delictiva que trasladó toneladas de cocaína de Jalisco a Estados Unidos y tuvo conexiones con los cárteles de Sinaloa y del Golfo; desde 2010 era líder de su propio cártel y había logrado alianzas con Los Zetas.
Después, tres policías federales bajaron a 'El Molcas' de un vehículo blindado y lo guiaron, sujetándolo de los hombros, hasta la mesa donde se exhibía un fusil Kaláshnikov con incrustaciones de oro en la culata y el cargador, que supuestamente era propiedad del detenido.
Ante las cámaras, el hombre robusto y con nariz deformada levantó la cabeza sin que nadie se lo ordenara y fue ahí cuando los medios empezaron a fotografiarlo. Pozos sonrió sutilmente, después lanzó unas palabras a sus captores âque resultaron inentendibles para las cámarasâ y finalmente mostró los dientes. Después se acomodó las esposas y levantó los pulgares como si hiciera una seí±al de saludo. Luego, los policías lo introdujeron nuevamente al vehículo blindado.