
La idea surgió el día en que Raúl se dio cuenta que el dinero no es lo más importante en la vida
Por: Rosalío GonzálezÂ
Lo que muchos personajes de la historia se atrevieron solamente a soí±ar, un saltillense lo cristaliza en la sierra de Zapalinamé, donde hace dos aí±os comenzó la construcción del camino rumbo al cielo.
Como si fueran fichas de dominó recostadas, uno tras otro los 2 mil 80 escalones se enfilan en una escalinata desde la ampliación del bulevar Otilio González hasta casi la mitad del cerro de San Francisco.
âLa gente dice que estoy haciendo una pendejada, pero no hay problema, es una pendejada pequeí±itaâ, bromea Raúl de la Peí±a, el constructor de este proyecto ecológico en desarrollo.
La idea surgió el día en que Raúl se dio cuenta que el dinero no es lo más importante en la vida, y quiso heredarle a Saltillo un lugar especial para que lo disfruten las próximas generaciones.