Para autoridades e investigadores, la boda es una relación simbólica entre el hombre y la naturaleza
Por: Agencias
San Pedro Huamelula.-El ritual de fertilidad nuevamente se realizó como todos los aí±os entre los chontales de San Pedro Huamelula, población ubicada en los límites de la región Istmo de Tehuantepec y Costa, con la boda del presidente municipal Virgilio Fuentes y una lagarto hembra, que representa a la etnia huave.
El ritual se celebró a fines de junio, en el día de las fiestas patronales de Humalula, dedicadas a San Pedro Apóstol.
La lagarto, conocida también como âLa Princesa Lagartoâ o âNií±a Princesaâ, es un tótem en el mundo indígena que representa a San Mateo del Mar, hija del reino huave, que cada aí±o es ofrecida en matrimonio al seí±or principal del pueblo chontal de San Pedro Huamelula, el alcalde.
A esta reptil sagrada la visten con atuendos blancos que simulan a los de una novia, con ramos de flores sujetados en la cabeza.
Previo a la boda, es bautizada en la Iglesia de San Pedro Apóstol por los ancianos principales despojándola de toda bestialidad, para luego ser cargada por el capitán de la comparsa de mareí±os, recorriendo las viviendas de los habitantes mientras una banda de música acompaí±a la comitiva.
A la nií±a lagarto la pasean por el pueblo; baila con todos los habitantes al compás de alegres piezas musicales y es la invitada de honor que cierra las fiestas patronales de San Pedro Apóstol, para pedir buenas cosechas, buena vida y benévolas lluvias en el pueblo.
Mientras la princesa lagarto visita los hogares, los cinco grupos dancísticos; Mulyatas (mulatas) hombres homosexuales que visten con el traje de las mujeres chontales, Muljú (negros), Pichilinguis (turcos), Guapis (huaves o mareí±os) y Caballeros (guardianes), también recorren el pueblo bailando.
Antes de que la princesa ingrese al palacio municipal, dos ancianos lanzan sus atarrayas de pesca a los cuatro puntos cardinales, pidiendo la bendición y el permiso para ofrecer en matrimonio a la princesa.
El ritual se lleva a cabo en el interior del inmueble público frente a los miembros del cabildo municipal. El alcalde le otorga un beso a la lagarto, sellando así la unión.
Luego, el presidente municipal baila un son en la explanada, frente al pueblo, cumpliendo con el ritual de fertilidad.
Para autoridades e investigadores, la boda es una relación simbólica entre el hombre y la naturaleza, además de un recordatorio de la hermandad que existía entre las etnias huave y chontal.