
Las dos estudiantes, decidieron dar su aportación para disminuir el cambio climático
Ciudad de México.-Â En medio de la desgracia que dejaron los sismos en septiembre de 2017 en la Ciudad de México, dos jóvenes estudiantes tuvieron la idea de desarrollar una lampara sustentable que es alimentada con diversos líquidos que contengan sodio, como refrescos, agua mineralizada e incluso orina en sustitución de pilas que son altamente contaminantes.
Durante la contingencia de los sismos del 2017, Daniela Carrillo Cautií±o y Ximena Solís, estudiantes de sexto semestre de las carreras de Ingeniería en Desarrollo Sustentable e Ingeniería en Innovación y Desarrollo, se percataron que el uso de las lámparas y las pilas alcalinas era lo que más se utilizaba.
Esto generó que iniciaran un proyecto escolar que poco a poco ha comenzado a tomar forma, debido a que diariamente le invierte cinco horas de su vida, en los laboratorios de química del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe con la finalidad de perfeccionar y alargar el tiempo de duración de esta lampara encendida.
Para Ximena Solís, la utilización de diversos compuestos naturales basados en la sal que produce sustancias salinas, pueden ser el combustible perfecto para alimentar las lámparas sustentables, como es el caso de la orina.
âSe puede utilizar distintos líquidos, como la orina bebidas energéticas o agua con sal y se requieren 30 mililitros y puede llegar a prender alrededor de 15 díasâ.
La decisión de evitar la utilización de pilas alcalinas se debe a que una sola pila alcalina puede contaminar 100 mil litros de agua; lo que puede provocar enfermedades como cáncer, problemas de rií±ones, pulmones, epidermis y al sistema nervioso central, de acuerdo con los estudios que ha realizado el Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).
Por otra parte, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha dado a conocer que en México se desechan 35 mil toneladas al aí±o de baterías alcalinas, cada mexicano consume 13 pilas anualmente.
Con estos estudios las dos estudiantes, decidieron dar su aportación para disminuir el cambio climático al utilizar material reciclable para la construcción de la lampara que podría tener un costo aproximado que oscilaría entre los 800 y mil pesos.
Hasta el momento, la lampara sustentable ha tenido cuatro actualizaciones que han elevado su nivel de productividad y eficiencia con la finalidad de evitar un impacto ambiental, sobre todo porque se quiere llevar este proyecto a las comunidades más lejanas donde el servicio de energía eléctrica no ha llegado.
Para Daniela Carrillo Cautií±o, la idea fue la de utilizar los desechos biológicos que produce el ser humano para tener lámparas sustentables en los sismos; sin embargo, su idea ahora esta enfocada en las comunidades rurales.
âLo que queremos es ayudar al medio ambiente y de igual manera uno de los objetivos con esta linterna es ayudar a las comunidades marginadas que no tiene acceso a la electricidad y creemos que este tipo de soluciones o este tipo de soluciones pueden ser de fácil acceso para ellos.
Esta lampara puede cambiar la vida de cientos de familias en las comunidades más lejanas del país, dónde no ha llegado la energía eléctrica o en su defecto podría ser propicia en las labores de rescate durante una contingencia ocasionada por un fenómeno natural como huracán o sismos.