Antonio Ferrera y Sebastián Castella, por encima de sus astados.
Por FRANCISCO VARGAS M.
Ciudad de México.- Cuando todo parecía que la Tercera Corrida no iba a ser una tarde triunfal, ya que los primeros cinco astados que salieron por la puerta de toriles no se prestaron para que los diestros alcanzaran el mismo, todo cambió al salir el sexto del festejo de nombre âAmor Infinitoâ, número 453 con 508 kilos, toro de San Miguel de Mimiahuápam, cuya bravura se conjuntó con toreo de clase y profundidad de Arturo Saldívar, unión y amalgamiento que dio como resultado que se le perdonara la vida al toro que tuvo muchas cualidades entre ellas la fijeza, transmisión, recorrido, emotividad y por supuesto la bravura de la que hablamos. Por su parte el espaí±ol Antonio Ferrera como el francés Sebastián Castella, estuvieron con enorme entrega y muy por encima de sus respectivos astados.
Con más de media entrada y un calor sofocante, se jugó un encierro de la ganadería guanajuatense de San Miguel de Mimiahuápam, disparejo de tipo, comportamiento desigual, que cumplió en varas; destacando âAmor Infinitoâ que puso en alto los colores de su divisa obispo y oro.
ANTONIO FERRERA (Agua Marina y Oro)
Con su primero âAmor de Dosâ, un toro noble pero carente de fuerza, lo lanceó a la verónica con suavidad y cadencia, mientras que con muleta toreo al natural por el derecho al no llevar el ayudado, trazando derechazos largos y templados que ejecutó uno a uno, adornándose con un cambio de mano por la espalda. Estocada entera un tanto trasera recibiendo ovación que agradeció en el tercio.
âSiempre Juntosâ, tardo, corto y soso en sus embestidas, a base de disposición le robó pases sueltos con mucha voluntad, alargando un tanto su quehacer, siendo un trasteo comprometido para el mismo torero, quien finalizó de dos pinchazos y estocada caída recibiendo calurosas palmas.
SEBASTIíN CASTELLA (Malva y Oro)
âDiecinueveâ fue el primero al que se enfrentó con el que se abrió de capa jugando los brazos a la verónica de manera rítmica. Sarga en mano con un toro que tuvo fijeza pero que le faltó un punto de fuerza, Castella hizo una faena entendida, sin prisas en la cual a base de dejarle la muleta en la cara ligó derechazos, mientras que por el izquierdo sacó naturales suaves, intercalando adornos como cambios de mano por la espalda, faena de menos más que terminó de estocada entera poco trasera y un golpe de descabello para ser ovacionado.
El castaí±o âAmor, Amorâ poco se prestó al ofrecer embestidas inciertas enfrenándose, sin embargo el diestro francés le robó pases sueltos concluyendo de pinchazo y tres cuartos de estocada escuchando palmas.
Al no tener suerte regaló a âTrigo Limpioâ con el que inició su faena de muleta con quietud por alto. Poco a poco lo fue metiendo al engaí±o sacando series por ambos lados donde destacó su entrega, disposición y valor. Pinchazo y estocada casi entera recibiendo palmas de aliento.
ARTURO SALDíVAR (Azul Purísima y Oro)
Su primero fue âLindo Amorâ, protestado por su presencia por un sector del público, con el que lanceó a la verónica sin tener respuesta del público. Aprovechando la nobleza del burel que tuvo poca fuerza hizo una faena inteligente, sacando pases que tuvieron calado en los tendidos, aguantando sin reponer, agregando dosantinas sufriendo un achuchón que no pasó a mayores, cerrando con ajustadas manoletinas. De estocada caída terminó siendo ovacionado.
Lo mejor estaba por venir con âAmor Infinitoâ, mismo que desde su salida lo hizo con alegría, recibiéndolo con verónicas rodilla en tierra, y más lances ya incorporado, quitando de manera ajustada por chicuelinas y tafalleras. De manera vibrante con pases cambiados por la espalda fue la manera de iniciar su gran faena,
donde Arturo logró pases con largueza, temple y profundad, entre las notas de la Pelea de Gallos, continuando con series de gran proyección sin faltar las dosantinas y una improvisada arrucina. Montó la espada en tres ocasiones, pero el público solicitó el indulto, mismo que fue concedido regresando a los corrales el toro, dando la vuelta triunfal el renovado diestro.
Al final Arturo Saldívar al escuchar los injustos pitos se negó a ser izado en hombros, saliendo por su propio pie de la Monumental. ([email protected])
