WhatsApp
Pronostico del tiempo
Puentes Internacionales
Twitter
Instagram
YouTube
Facebook

+

Encuentran a niño migrante de 3 años que caminaba solo

Su nombre y unos números de teléfono estaban escritos en sus zapatos.

  • 206

Su nombre y unos números de teléfono estaban escritos en sus zapatos.

Por New York Times

Mcallen, Texas.- La madrugada del martes 23 de abril, agentes de la Patrulla Fronteriza de la estación Fort Brown, en el sur de Texas, encontraron al menor de edad en un maizal. Su nombre y unos números de teléfono estaban escritos en sus zapatos. Parece que el nií±o, según agentes, habí­a estado con un grupo más grande de migrantes que huyeron cuando se acercó la Patrulla Fronteriza.

Ese nií±o solo que cruzó la frontera no era una excepción: más de 8900 menores no acompaí±ados fueron detenidos por la Patrulla Fronteriza tan solo en marzo, casi el doble de la cantidad de detenidos en octubre de 2018.

Muchos de ellos eran adolescentes pero, desde hace aí±os, entre quienes hacen el trayecto por la frontera suroeste de Estados Unidos sin la compaí±í­a de sus padres u otros familiares también hay nií±os menores de 12 aí±os; muchas veces viajan en grupos de desconocidos. Es una saga compleja, desgarradora y perturbadora en la que nií±os muy pequeí±os –de 3, 4 o 5 aí±os– pasan de un grupo de migrantes a otro durante dí­as y a menudo son abandonados en los desiertos de Arizona o entre la maleza del sur de Texas.

Al igual que el menor encontrado esta semana en Brownsville, Texas, los nií±os suelen llevar los teléfonos de familiares que ya se encuentran en Estados Unidos escritos en su ropa o en pedazos de papel que llevan en los bolsillos.

“Estos casos suelen ser angustiosos por lo pequeí±os que son los nií±os y porque normalmente están muy confundidos y atemorizados”, dijo Lindsay Toczylowski, directora ejecutiva del Immigrant Defenders Law Center, grupo en Los íngeles que provee servicios legales a menores no acompaí±ados.

El modo en que los nií±os terminan solos en un ambiente tan caótico como la frontera suroeste sigue un patrón conocido. Los padres huyen de la pobreza y la violencia en paí­ses como Honduras, Guatemala y El Salvador. Dejan a uno o más de sus hijos atrás, con familiares. Después, cuando están asentados en Estados Unidos, los padres coordinan para que sus nií±os puedan alcanzarlos; muchas veces hacen el viaje con algún familiar o con desconocidos. Después de cruzar la frontera hacia Estados Unidos, los nií±os tienden a ser botados y abandonados por los contrabandistas y coyotes, o por otros migrantes que creen que los menores de edad van a ser rescatados por la Patrulla Fronteriza.

Es una apuesta tremenda: a lo largo de los aí±os, varios agentes han llegado justo a tiempo para salvarles la vida a los nií±os.

Una tarde de junio pasado en la frontera de Arizona, agentes de la patrulla encontraron a un nií±o de 6 aí±os en un camino fronterizo justo cuando la temperatura ascendí­a a más de 38 centí­grados. El menor abandonado era de Costa Rica y les dijo a los agentes que su tí­o lo habí­a dejado y que le habí­a dicho que la Patrulla Fronteriza lo iba a recoger. El nií±o comentó que iba camino a reunirse con su madre en Estados Unidos.

En julio de 2018, los agentes en el sector del sector del valle del Rí­o Grande se toparon con un nií±o de 8 aí±os que iba solo por un camino cercano al rí­o. Los agentes solo supieron su nombre y edad cuando lo procesaron, pues hablaba un dialecto regional que no conocí­an.

“Nos han llegado menores de 3, 4 aí±os que son abandonados por los contrabandistas y todos los demás y que los dejan para que se las arreglen solos”, dijo Jorge González, agente a cargo de la estación de Brownsville y quien ha trabajado durante diecinueve aí±os en la Patrulla Fronteriza.

Una de las organizaciones que ayuda a trasladar a los nií±os a hogares de acogida temporal indicó que la mayorí­a de sus casos ahora involucran a nií±os de 5 aí±os o menos.

“Cuando estás en una situación que involucra a un menor que aún no puede verbalizar y no tiene la capacidad de comprender la situación para tomar una decisión informada, se vuelve un dilema ético”. Anthony Enrí­quez, director de un programa de asistencia legal a menores no acompaí±ados.

González y otros oficiales dijeron que los nií±os no acompaí±ados por padres o familiares a veces son infantes o bebés. En las últimas semanas habí­a varios nií±os y nií±as muy pequeí±os en la oficina centralizada de procesamiento de la Patrulla Fronteriza: todos habí­an cruzado la frontera sin familia y fueron detenidos como parte de grupos migrantes más grandes. La expectativa era que pudieran ser reunidos con familiares que ya vivan en Estados Unidos.

“Lo hemos visto muchas veces”, dijo González. “Es un nií±o que no le pertenece realmente a nadie, no está con nadie del grupo y están por ser llevados con padres que ya se trasladaron a Estados Unidos”.

Uno de los casos es de una nií±a de 2 que fue encontrada con un grupo de migrantes en noviembre pasado apenas al norte de la frontera, cerca de Campo, California. No tení­a ví­nculos con nadie en el grupo y la estaban llevando en un portabebés improvisado con tela que cargaba un chico de 17 aí±os en el grupo.

La nií±a habí­a estado viajando con su madre, pero ella se agotó y les pidió a los demás migrantes que alguien la ayudara a cargar a la menor. El joven de 17 se ofreció. Pero el grupo quedó separado y el joven no pudo ubicar a la madre de la bebé. Cuando cruzó hacia Estados Unidos aún cargando a la bebé seguí­a sin saber dónde estarí­a la madre, de acuerdo con la Patrulla Fronteriza. Después de que él y la menor fueron detenidos, la nií±a fue puesta en custodia mientras los oficiales buscaban cómo reunirla con su madre.

Los funcionarios federales intentaban hacer lo mismo con el nií±o de 3 aí±os encontrado en un maizal por Brownsville el miércoles. En imágenes publicadas en redes por la agencia que supervisa a la Patrulla Fronteriza, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el menor aparece dentro de las oficinas viendo dibujos animados –Patrulla canina– en la computadora de un agente. El nií±o es de México pero no habla suficientemente bien como para darse a entender.

Después de que los agentes lo encontraron en el campo lo llevaron a un hospital donde se encontró que estaba en buenas condiciones y fue devuelto a la Patrulla Fronteriza.

En la estación de Fort Brown, los intentos de los agentes para contactar a la familia del nií±o no rindieron fruto. Un agente le compró algo de ropa al nií±o antes de que lo transfirieran al centro de procesamiento principal ubicado en McAllen. El miércoles seguí­a ahí­, bajo el cuidado de trabajadores contratados asignados al centro, dijeron los funcionarios.

El cuidado de los nií±os que llegan a Estados Unidos sin compaí±í­a de adultos es un reto para oficiales federales y las empresas a las que contratan para cuidarlos después del arresto. Si los nií±os son demasiado pequeí±os es particularmente difí­cil comunicarles información. Muchos de ellos se portan mal o se retraen por completo debido a la confusión y frustración de no entender qué les está pasando.

“Hay nií±os de 10 aí±os o menos que llegan solos”, dijo Anthony Enrí­quez, director del programa para menores no acompaí±ados de Servicios de Inmigrantes y Refugiados de Caridades Católicas en Nueva York, red que asesora y trabaja con más de setecientos menores no acompaí±ados que están en proceso de ser deportados. “En algunos casos llegan acompaí±ados de un hermano más grande o en un grupo. Nos hemos encontrado nií±os tan pequeí±os que ni siquiera pueden expresar qué necesitan o quieren. Cuando estás en una situación que involucra a un menor que aún no puede verbalizar y no tiene la capacidad de comprender la situación para tomar una decisión informada, se vuelve un dilema ético”.

Estos nií±os dejan claro la desesperación de quienes buscan migrar hacia Estados Unidos. Muchas de las familias que buscan el traslado para sus hijos no comprenden o desconocen los peligros del trayecto al que están sometiendo a los menores. Los nií±os y las nií±as enfrentan el riesgo de violación, explotación sexual o abuso por parte de los coyotes, así­ como de enfermarse gravemente, morir por el calor, el frí­o o la deshidratación en el terreno inhóspito y vasto de la frontera suroeste. Se desconoce cuántos casos de nií±os tan pequeí±os que viajan solos terminan en tragedia.

En 2014, una nií±a de 12 aí±os salió de Ecuador para reunirse con sus padres en el Bronx, en Nueva York. Nunca llegó. La menor, Noemí­ ílvarez Quillay, fue abusada sexualmente por contrabandistas en la frontera, en Ciudad Juárez, México. Unos dí­as después —el 11 de marzo de 2014—, cuando aún estaba en México, Noemí­ se suicidó al colgarse desde la barandilla de la ducha. Una investigación conjunta en la frontera, que incluyó a agencias policiales estadounidenses, resultó en la imputación en México de más de cuarenta personas involucradas en el contrabando de personas y en casos de abuso contra Noemí­ y otras mujeres y menores de edad.

“Creo que la desesperación es parte de esto”, dijo González, el agente en el sur de Texas sobre la decisión de intentar cruzar así­ a los nií±os. “Supongo que las situaciones en las que residen determinan cómo intentan prácticamente de todo para tener a su familia en casa de nuevo. Creo que es la condición humana: todos quieren estar con su familia y están dispuestos a hacer lo que sea para lograrlo”.

Publicación anterior Ejecutará EU a supremacista blanco por linchar a un afroamericano
Siguiente publicación Impugnará PAN partido de los Moreira
Entradas relacionadas
Comentarios
  TV en Vivo ;