
Aclaran que no son alumnas del plantel, pero sí prestan ayuda.
Por Juan Ramón Garza
Monclova, Coah.- Dos jóvenes mujeres de Monclova cuyos âpack´sâ con fotografías en ropa interior o desnudas se filtraron en las redes sociales, pensaron en suicidarse al considerar que era la única salida para solucionar el problema que enfrentan, revelaron académicos de la Universidad Vizcaya de las Américas, que prestan apoyo psicológico y legal a un total de seis víctimas.
Aclararon que las afectadas no son estudiantes de la institución educativa sino amigas de alumnos que las acercaron al plantel para que recibieran atención.
Ernesto Romero Guajardo, académico de la Universidad, dijo que una de las víctimas se comunicó con él por vía telefónica y le informó que estuvo a punto de suicidarse en su casa mientras estaba sola, pero no lo hizo porque llegaron sus padres.
Estaba a un paso del suicidio
Cinco minutos más que se tarden mis papás y me hubieran encontrado muerta, yo ya me iba a suicidarâ, fue lo que le dijo una joven a Ernesto Romero, académico de la Universidad Vizcaya de las Américas, luego de difundirse sus fotos privadas.
La joven finalmente acudió a la oficina del abogado en compaí±ía de sus padres para revelarles en su presencia el problema que enfrenta por la filtración de su âpackâ, ante lo que decidieron apoyarla, incluso también su novio.
María del Refugio Hernández Gaytán, psicóloga y coordinadora de la Licenciatura de Criminología, comentó que los estragos que sufren las víctimas de esta clase de casos son mayores de los que cualquiera se puede imaginar, porque se sienten en completo estado de indefensión.
âSe cierran a posibles soluciones y creen que la única salida es el suicidioâ, dijo.
Las mujeres que reciben apoyo de la universidad tienen entre 18 y 25 aí±os de edad, sin embargo, en el caso de la mayoría las fotografías que se filtraron en las redes sociales, se las tomaron cuando eran menores.
Una de las víctimas comentó a los académicos que no envió sus fotografías a nadie, las tenía en su teléfono celular, pero se le perdió; otra reconoció que sí las envió a alguien, pero que su teléfono se le descompuso y lo mandó a arreglar, por lo que desconoce quién las filtró en las redes sociales, lo que ya investiga la Fiscalía.
Otras víctimas aseguran que enviaron sus fotos por la aplicación de Messenger a personas de confianza, pero presumen que se las hackearon para comercializarlas a entre 500 y 100 pesos por âpackâ.
Algunas víctimas ya están casadas o tienen pareja y en la actualidad enfrentan problemas de divorcio o separación.
Después de recibir apoyo psicológico por parte de la universidad a través de un programa impulsado por la directora, las seis víctimas aceptaron formalizar denuncias penales.