De oficio organillero
Por: Armando López Capetillo
Piedras Negras.-Â Â Hablar de un organillero, conocido también como cilindrero, es referirse a un oficio antiquísimo, con más de cien aí±os de historia tan sólo en nuestro país, pero desde las últimas décadas del siglo XIX presente en varios países europeos.-
Aunque es más tradicional verlos y oírlos en el centro y sur del país, muchos adultos o quienes crecieron en esas regiones de México conocen el tradicional sonido que emiten, ya sea por haberlos visto en vivo o en películas antiguas.-
Quien los ha escuchado antes, se remonta a épocas pasadas, llenas de nostalgia, de otros tiempos, y quienes los yen por primera vez, pueden sentir en el centro de su pecho la sensibilidad de las notas de las ocho canciones puede tocar el organillo.-
Se trata de un instrumento musical similar a un pequeí±o piano pero que funciona a base de viento, operado por hombres con un tradicional atuendo color caqui y una gorra tipo oficial militar, que los caracteriza desde que llegaron a México.-
Néstor Martínez Romero tiene 32 aí±os y desde nií±o ha crecido con éste oficio, en el que tanto su padre como su abuelo se forjaron, por lo que cuando llegó el momento de decidir, se inclinó por continuar con la tradición familiar.-
Este pedazo de historia y cultura nacional se encuentra ahora en Piedras Negras, luego de haber recorrido diversos municipios del estado como Torreón, Saltillo, Monclova, Sabinas y ciudad Acuí±a.-
Tras lograr la autorización del municipio, Néstor, a quien lo esperan en la ciudad de México su esposa y dos hijas, aseguró que estarán 15 días en ésta frontera, donde espera que la gente los apoye.-
Desde hace cinco aí±os, los caminos de Néstor se cruzaron con los de Ray Fernando Orantes Pérez, actualmente de 22 aí±os, quien al verlo tocar el organillo en Chiapas no dudó, decidió seguirlo y ahora trabajan juntos.-
El joven organillero aseguró que éste oficio se trata de un arte, que se puede llevar a la gente a las mismas calles, y eso fue lo que lo motivo a unirse a Néstor para recorrer el país con éste instrumento musical.-
Sin embargo, el paso de los aí±os ha hecho mella en éste oficio, como en otros más, y a pesar de que quienes lo practican siguen luchando por preservarlo, cada vez son menos los organilleros que hay en el país.-
La modernidad, la vida acelerada de la actualidad y la indiferencia colectiva, parecen llevar a éste oficio, sinónimo de cultura e historia, al abismo del olvido.-
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