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Viene convoy de Pemex al rescate de Saltillo

Investigan a gasolineras por compra de combustible a huachicoleros

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Investigan a gasolineras por compra de combustible a huachicoleros

Por: Redacción
Saltillo, Coah.- A las cinco de la tarde, í‰dgar Rivera vio el tanque de gasolina de su coche, estaba cerca de la reserva. Subió a su esposa y dos hijos, salió a la calle y tardó dos horas localizar una gasolinera abierta, y la encontró: la fila superaba las 10 cuadras, ahí­ se acabó la gasolina. El joven padre de familia trabaja en una fábrica. Ahora está en el primer turno. í‰l y su esposa se tienen que levantar entre las tres y las cuatro de la maí±ana para tener todo listo cuando el transporte pasa por él. Su esposa se queda despierta porque tiene que mandar a la escuela y al kí­nder a un nií±o de 6 aí±os y una nií±a de 4. Cuando í‰dgar vuelve a casa después del mediodí­a, come y duerme un rato esperando a sus hijos para convivir con ellos y luego dormirse temprano para estar listo de madrugada. Pero ayer no sucedió así­. Aunque surte 200 pesos de gasolina cada tercer dí­a, en un auto que les sirve sólo para llevar a los nií±os a la escuela, salir a pasear o comprar el mandado, esta semana no habí­an podido resurtir, porque siempre encontraban los establecimientos muy llenos o cerrados. Pero ayer en la tarde vio que ya le marcaba cerca de la reserva. Para evitar perder la convivencia con sus hijos y que el mayor terminara la tarea, decidieron que todos irí­an de paseo. Salieron de su casa en Colinas de San Javier y comenzaron a recorrer la ciudad. Ninguna gasolinera estaba abierta. Así­ pasaron por la esquina de Periférico Echeverrí­a y Venustiano Carraza. Estaba abierta. Vieron la fila hasta Abasolo y decidieron formarse. Prendió y apagó el coche un par de ocasiones. Hasta que ya no encendió, la gasolina se habí­a terminado. Sin combustible “Ya llevo como dos horas buscando lugares y todo cerrado, se me acabó hace como 20 minutos”, dijo í‰dgar cuando lo encontramos. Estaba ya a cinco cuadras de la gasolinera, su esposa al volante y él empujando el auto. Para esa hora ya su hijo mayor habí­a terminado su tarea dentro del vehí­culo, jugó un rato con un carrito rojo y otro de Batman, pero después se quedó dormido. La pequeí±a seguí­a jugando con bloques armables; de vez en cuando se acercaba a su madre para platicar. La pequeí±a con sudadera rosa y corazoncitos blancos se asomaba por el vidrio trasero para sonreí­rle a su papá, enfundado en camisa de cuello alto, pero sin chamarra, porque cuando salió de su casa habí­a sol. Ahora aguantaba el aire helado y un poco de brisa, con el poco calor que le proporcionaba el esfuerzo de empujar el coche. A los 10 minutos de empujar despertó el nií±o. Ya la pequeí±a se estaba entreteniendo con un celular. Platicaban entre ellos, se acomodaban, intentaban volver a dormir. Se turnaban el teléfono y luego guardaban silencio. Su madre al volante sólo alcanzaba a decirles “ya mero, ya vamos a llegar”. “A esta hora deberí­amos estar dando de cenar a mis hijos y preparándolos para la escuela, al igual yo, los que trabajamos en el primer turno nos levantamos a las tres de la maí±ana, o cuatro, para agarrar el camión, qué tanto vamos a dormir”, platica í‰dgar, toma fuerzas y sigue empujando. Eran las siete y media cuando notó que el pavimento estaba mojado. De vez en cuando se acercaba al volante y platicaba con su esposa. Es la primera vez que ella toma el volante, porque no sabe manejar, pero esta vez lo tuvo que hacer para que su esposo empujara. No se da por vencido Hubo momentos en que í‰dgar pensó que ya no podí­a. De vez en cuando, cuando el camino tení­a algo de pendiente, el coche se le regresaba. Pensaba en sus hijos y empujaba más fuerte hasta hacer avanzar el vehí­culo de a poco, conteniendo el aliento, apalancándose en el pavimento. “En varias ocasiones el carro cayó en baches y ya no pude moverlo. Pero se acercó gente y me ayudaron”, confiesa el padre de familia, que todaví­a sonreí­a un poco, tratando de explicar que habí­a que aguantar un poco más si con esto se arreglaban las cosas en el paí­s. Habí­a pasado media hora desde que comenzamos a platicar con él y ya el auto estaba a un par de cuadras de llegar a la gasolinera, cuando vio pasar a un hombre con dos garrafones surtidos de combustible. “A ver si alcanzan, porque dicen que ya se les va a acabar”, dijo el sujeto. El rostro de í‰dgar se puso pálido, no quiso decir nada, sonrió nervioso. Con su silencio y las manos en la cintura, volteando a ver la cara angustiada de su mujer y a sus nií±os aburridos en el asiento de atrás del coche, parecí­a decir con ademanes “¿y ahora qué vamos a hacer?”. El último empujón En ocasiones la esperanza volví­a luego de cada empujón. Contaba los autos, ocho más y llegaba. Y de repente una camioneta aprovechaba el lento avance del auto empujado y se le metí­a a la fila descaradamente. La esposa le pedí­a a í‰dgar reclamarles, él sólo sonreí­a. “Yo sé que si me pongo a discutir y me levantan la voz me voy a encender, y se puede ocasionar un pleito. ¿Para qué hacemos más grande el problema?”, afirmó mientras se preparaba para volver a empujar. Cuando por fin estuvo a un auto de que le tocara pasar a las bombas de gasolina y se dio cuenta que todaví­a habí­a combustible, habí­an pasado más de 50 minutos que llevaba empujando el auto. Un dependiente le pidió pasar a una bomba donde í‰dgar tuvo que esperar otros 7 minutos, porque ahí­ estaban haciendo otra pequeí±a fila personas de a pie, a los que les estaban surtiendo gasolina en garrafones. Hasta que por fin el dependiente, ya sólo con combustible Premium, o de la roja, como dicen, llevó la manguera y comenzó a surtir el tanque. La esposa bajó del auto y pasó al asiento del copiloto; los nií±os festejaron. í‰dgar pidió que le surtieran 500 pesos de gasolina y ni así­ llenó el tanque. …Y los que siguen Tres horas habí­an pasado desde que salieron de su casa. Ahora volví­an a ella para cenar y dormir. En espera de que les dure por lo menos una semana el combustible y que para entonces ya se haya regularizado el abasto. Para esa hora, cuando el auto blanco de í‰dgar salí­a de la gasolinera, otros seguí­an buscando establecimientos abiertos. Y allá, en la esquina de Abasolo y Periférico Echeverrí­a una camioneta con dos ancianos y un bebé se formaban esperando alcanzar a surtir combustible. Región Sureste la única afectada; por compras de pánico se terminó el producto: Reyes Flores Hurtado Este dí­a debe llegar a Saltillo un convoy de pipas con gasolinas, para surtir a los establecimientos que presentan sobre-venta y tener reservas, dio a conocer el coordinador de delegaciones federales en Coahuila, Reyes Flores Hurtado. Manifestó el funcionario federal que la Región Sureste del estado es la única que presentó problemas de gasolineras con largas filas, porque a cierta hora se les terminaba el combustible, pero que el problema no era el abasto, sino las compras de pánico, pues la gente comenzó a surtir más combustible de lo común y eso generó que el producto se acabara más rápido. Explicó que haciendo un cálculo, en el caso hipotético de que en Saltillo los más de 3 mil vehí­culos que tienen registrados estuviera surtiendo 10 litros más de lo ordinario, la gasolina consumida es más de 3 millones de litros, es decir, el abastecimiento normal de 75 establecimientos. Por eso, para intentar regular ese problema, el Gobierno federal ya tomó previsiones para que a partir de este martes no sólo haya suficiente combustible, sino que se genere una reserva, como sucede en las regiones Norte, Centro y Laguna. “Ya se desplegó movilización de gasolina, va en camino un convoy de traslado por tierra, para dejar reserva suficiente en la Región Sureste. No tengo el dato en números, lo que te digo es que va combustible suficiente para abastecer a la región y dejar reservas”, declaró Reyes Flores. Investigan gasolineras Reyes Flores Hurtado, representante del Gobierno federal en Coahuila, dijo que la PGR abrió carpetas de investigación por posibles casos de gasolineras en Saltillo, que pudieran haber estado comprando combustible a huachicoleros. “En el caso de Saltillo se da por esa condición de algunas gasolineras que terminaron su producto, en el resto del estado no tenemos problema”, indicó el funcionario federal. Dijo que no podí­a revelar más datos al respecto, por discreción, ya que es un tema de reserva, pero que lo que sí­ podí­a decir es que se abrieron ya un número importante de carpetas de investigación en todo el paí­s y en el caso de Coahuila sólo se investigan en Saltillo. Indicó que el trámite lo lleva la PGR, y que además del tema de la venta de gasolina a huachicoleros, también se está investigando a quienes están usando ese tipo de establecimiento para lavado de dinero. Resolviendo esto vamos a otros asuntos: AMLO Tras seí±alar que no ha recibido amenazas por el combate al robo de combustible o la corrupción, el Presidente Andrés Manuel López Obrador dijo ayer que tiene miedo, pero no es cobarde. “El que lucha por la justicia no tiene nada que temer, es lo que puedo contestar. Soy un ser humano, tengo miedo como todos los seres humanos, pero no soy cobarde”, apuntó. Al preguntarle si el robo de combustible se registró en gobiernos anteriores y por qué no juzgar a los expresidentes, el tabasqueí±o insistió en que eso se someterá a votación una vez que se apruebe el Artí­culo 35 constitucional. El Presidente anunció que atenderá uno por uno los temas de corrupción que aquejan al paí­s, por lo que después del huachicol, anunciará otro frente de acción. “Resolviendo esto vamos a otros asuntos, uno por uno, porque si no se va a complicar un poco más; de uno en uno, vamos a limpiar de corrupción al paí­s, cero corrupción y cero impunidad”, seí±aló. Nuevamente, agradeció a los ciudadanos afectados por el desabasto su comprensión. “Me siento muy respaldado, así­ me lo expresan en la calle, puedo hasta estar en una gasolinerí­a, que se están padeciendo molestias y la gente lo que me dice es: ‘Ni un paso atrás, no afloje’, y yo lo que les contesto es: ‘El que se aflige, se afloja’”, indicó. Ante el desabasto, López Obrador informó que se analiza transportar gasolina por ferrocarril para que llegue a los puntos con déficit y también calificó de “equivocada” la información publicada por el diario estadunidense The Wall Street Journal (WST), respecto a la suspensión de importaciones de gasolina publicada el pasado fin de semana. “Me da hasta pena decirlo aquí­, pero no tiene fundamento, se precipitaron, sí­ tenemos los datos (…) Fue una volada”, seí±aló. Sin embargo, el Presidente también debe atender que el veredicto de Gabriel Regis López, juez Primero de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, que ordenó al Gobierno federal garantizar el abasto de gasolina y combustibles en todas las estaciones de servicio del paí­s. El impartidor de justicia acordó celebrar el próximo viernes la audiencia incidental en la cual determinará si concede la suspensión definitiva contra el cierre de los ductos de Pemex ordenada por el Presidente. Coahuila: silenciosa ví­ctima del robo de combustibles La Fiscalí­a General del Estado afirma que el problema del robo de combustible –conocido popularmente como “huachicol”– no es grave en Coahuila, pues este delito es más común en estados que cuentan con las mayores redes de distribución como Hidalgo, Puebla y Guanajuato. Anteriormente, el Estado ha informado la detención de personas dedicadas al robo y venta ilegal de hidrocarburos, aunque estas detenciones se dan de manera esporádica en acciones ejecutadas por fuerzas estatales en colaboración con el Gobierno federal. Sin embargo, el fenómeno y su verdadera gravedad han sido exhibidos por investigaciones, como la que realizó la periodista Ana Lilia Pérez para su libro El Cártel Negro, donde dedica un capí­tulo a Coahuila sobre las operaciones de redes criminales. Según el libro, los militares que formaban parte de la Gerencia de Seguridad Fí­sica de Pemex “en sus recorridos en Coahuila habí­an detectado presencia de gente de los Zetas, que habí­an conversado incluso con ellos; hay que recordar que los Zetas eran exmilitares y algunos hasta se conocí­an con la gente que custodiaba las instalaciones de Petróleos Mexicanos y habí­a ofrecimientos económicos para que la gente de Pemex y los militares encargados de la seguridad interna los dejaran operar”. Entrevistó a contratistas y franquiciatarios y ellos advertí­an que los Zetas les llevaban camiones de gasolina para comercializarlos presionándolos para colaborar o incluso de manera voluntaria. “Se involucraron a grado tal que consolidaron sociedades empresariales con los Zetas, como el caso de Francisco Colorado, o en Coahuila, una red de franquicias gasolineras de Juan Manuel ‘El Mono’ Muí±oz, uno de los franquiciatarios más importante en la Comarca Lagunera. Desde Fox se advirtió que dejaron de comprarle a Pemex y continuaban operando, fue de los primeros empresarios en Coahuila que hizo sociedad con los Zetas”. El involucramiento de este operador de los Zetas –actualmente detenido en Espaí±a– con un alto funcionario de Pemex saldrí­a a la luz aí±os más tarde.
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