Cada aí±o, priistas y mucha gente lo recuerdan con carií±o.
Por: Redacción
Acuí±a, Coah.- A seis aí±os de distancia, los acuí±enses tienen fresco en la memoria el recuerdo de Lalo Moreira.
El 3 de octubre del 2012, Acuí±a y Coahuila se cimbraban con la noticia que por igual impactó al país. Alrededor de las 19:00 horas la noticia corrió âcomo reguero de pólvoraâ: cayó abatido en esta frontera José Eduardo âLaloâ Moreira Rodríguez.
La noticia cobró mayor relevancia por tratarse del sobrino del entonces gobernador Rubén Moreira Valdez e hijo del exmandatario de Coahuila, Humberto Moreira Valdés.
A sus escasos 23 aí±os, el joven Moreira era ya poseedor de un gran carisma, era servicial, amiguero y con un gran entusiasmo por la vida y el permanente deseo de ayudar a sus semejantes.
ENCAMINADO A LA POLíTICA
Con la escuela y la guía de su padre y su familia, nadie dudaba que llegaría lejos. Tenía todo para lograrlo y le veían alas para llegar muy alto en el mundo de la política. Sin embargo, su destino le alcanzó en el atardecer de aquel 3 de octubre.
Se habló siempre de una emboscada que desconocidos, presuntos miembros de la delincuencia organizada, le tendieron una trampa al citarlo allá a a espaldas del fraccionamiento Fundadores, rumbo a la salida a Santa Eulalia en Acuí±a.
Lalo llegó al lugar de la cita, no traía escoltas. Llegó a cumplir su destino, lejos estaba de imaginar que estaba a unos segundos del final de su existencia. Para entonces, gobernaba Coahuila otro Moreira: Su tío Rubén Ignacio.
Aquella noche las redes sociales se inundaron con mensajes condenando el crimen y solidarizándose con su familia y con su padre el exgobernador y expresidente nacional del PRI, Humberto Moreira.
EN EL RECUERDO
El trágico tableteo de los âcuernos de chivoâ rasgaron el silencio de la tarde llevando su mensaje de muerte.
Lalo cayó abatido por las balas asesinas aún en el interior de la camioneta que conducía. A sus funerales acudieron cientos a despedirlo, en primer fila su padre el exgobernador Moreira.
Cada aí±o, priistas y mucha gente lo recuerdan con carií±o, su esposa Lucero Davis de Moreira y su pequeí±o Lalo Moreira II montan guardias en su tumba en el panteón Jardines de la Luz honrando su memoria, el recuerdo de un joven brillante, buen esposo y padre muerto en plena flor de la vida.
El auditorio del PRI municipal de Acuí±a lleva su nombre, la pista de atletismo del complejo de la Macroplaza también y el director del Pentatlón, Alfredo Cuéllar Lozano, instituyó la Carrera Lalo Moreira, la cual se realiza anualmente, para con ello perpetúar su nombre para que no muera en la memoria de los acuí±enses, ni se vea cubierto por el polvo del olvido.
Hoy se le recuerda, a seis aí±os de su muerte.
