Fue un duelo de lenta circulación de balón, de escasa sorpresa, de poco juego de equipo y de la falta de una idea futbolística.
Por: RedacciónÂ
Nashville, TN.- México ganó con una pincelada un partido bastante fangoso. Marco Fabián y Oribe Peralta se combinaron para el 2-1 sobre Nueva Zelanda, en una jugada llena de precisión e inteligencia ayer en el estadio Nissan, digna de la pareja que hace cuatro aí±os fue clave en la conquista del oro Olímpico.
Fue un duelo de lenta circulación de balón, de escasa sorpresa, de poco juego de equipo y de la falta de una idea futbolística.
Al 55â, Giovani dos Santos cedió para Jesús Gallardo y este tocó a Oribe Peralta, quien hizo una pantalla y se desmarcó, justo a tiempo para que Fabián le tocara de primera intención y el âCepilloâ retrasó el esférico para Marco, una doble pared que liquidó a los de Oceanía, a los que hace tres aí±os venció 9-3 en el Repechaje Mundialista.
Gio es otro de los que se entiende con dicha pareja. En su regreso al Tricolor luego de un aí±o y cuatro meses de ausencia, portó la cinta de capitán.
Corrió como si requiriera saldar pronto la deuda de no jugar la Copa América.
Dos Santos marcó el primer gol al 29â, de penal tras una falta a Hirving Lozano, y besó el escudo en su jersey, como si quisiera reafirmar su compromiso con la causa.
Fabián celebró de la misma forma luego de siete meses de ausencia. En ambas anotaciones, él y Dos Santos bailaron.
Esas fueron las buenas notas de un partido en el que México encontró más resistencia de la esperada, en parte porque jugó sin carrileros en un extraí±o dibujo táctico y también porque hubo tres debutantes en la figura de Jordan Silva, Hedgardo Marín y Jesús Gallardo.
Marco Rojas tuvo la primera gran aproximación al 16â en una jugada en la que dribló a Hugo Ayala y a Silva antes de frustrarse por la buena reacción de Jesús Corona, aunque el delantero de origen chileno tuvo su revancha al 46â al barrerse y empujar el balón a la red, tras un centro por izquierda.
México fue más contundente que espectacular. El estilo futbolístico sigue siendo una asignatura pendiente en la era de Juan Carlos Osorio, aun cuando sólo le resta un partido de preparación de cara a la prueba de fuego ante Estados Unidos.