
La premiación se realizó ayer en la Feria Internacional del Libro Coahuila
Por:Â Sylvia Georgina Estrada
Saltillo, Coahuila.- En México, el ferrocarril está lleno de relatos y anécdotas. Tal vez ahora sean sólo recuerdos de los veteranos, que todavía recuerdan cuando la gente se subía a montones en esa enorme serpiente metálica, pero sin duda el poder de la máquina que transformó al mundo en los albores de la modernidad sigue seduciendo a los contadores de historias. Tal es el caso de Blas Emmanuel Reynosa de la Cruz, el ganador del primer lugar del Sexto Certamen Estatal de Cuento Zócalo con su escrito Hicimos lo que Pudimos.
Egresado de la carrera de Derecho por la Universidad Autónoma de Coahuila, Blas relata que la visita a la tierra de Gabriel García Márquez fue un impulso significativo para que se decidiera a escribir, también ayudó que en su familia hay varios ferrocarrileros que le compartieron sus vivencias.
Antes de la premiación, que se realizó ayer en la Feria Internacional del Libro Coahuila (FILC), el joven compartió sus intereses literarios y el material del que está hecho el cuento que fue destacado por el escritor y catedrático de la Universidad de Kansas, Rafael Acosta, jurado del certamen organizado por Grupo Zócalo.
¿Cómo fue que te animaste a escribir?
âYo tenía quizá algunos bocetos, como un medio liberatorio para escribir, pero recientemente fui de intercambio académico a Colombia y uno opera en otro plano mental cuando está de intercambio. Vi muchas cosas que antes no conocía, así que empecé a escribir de las personas que iba encontrando, sobre la cultura y básicamente toda esa experienciaâ.
Colombia es la tierra de uno de los grandes narradores de América Latina, Gabriel García Márquez. ¿Hay alguna influencia de él o de otros escritores en tu obra?
âHay distintos autores que me gustan, y claro que también Gabriel García Márquez. Comencé escribiendo en primera persona, pero desde que me encontré con el colombiano me gustó más el narrador omnisciente que él maneja, así como contar cosas de la vida cotidiana. En Cien Aí±os de Soledad, él decía que contaba las cosas como lo hacía su abuela, como rayas de la realidad. Algo de eso está en mi cuento con las notas del protagonista, que es Dionisio; incluso hago una breve referencia cuando hago mención del cuento de Esteban. Pero la influencia de García Márquez está sobre todo en mi estilo de redacción, es quien más me ha influenciado para llevar esta obra en particularâ.
¿Cómo fue el proceso de escritura de Hicimos lo que Pudimos?, ¿Cuánto tiempo te tomó escribirlo?
âEscribí el cuento en un par de días, pero fue básicamente porque la historia ya estaba cimentada. El relato gira en torno al ferrocarril, de hecho la muerte de Luna, la hija de Dionisio y Bernardita, sucede en el puente Moreno el 5 de octubre del 72 y, aunque no lo digo expresamente, hay ciertos indicios que el lector puede reconocer.
âMi abuelo fue ferrocarrilero, así que estuvo presente en esta historia. Mi papá hacía esto de echarle avena a los pajaritos y luego mi mamá le reclamaba. Entonces tenía ese primer párrafo escrito y después pensé en narrar esta historia de amor. De hecho, la historia de Dionisio y Bernardita de jóvenes, desde cómo caminan por el bulevar, los cursos de inglés, el carro prestado, el 14 de febrero, la carta anunciando el embarazo, todo eso es básicamente la historia de mis padres, de cómo se conocieronâ.
Pareciera que el tema del ferrocarril es algo del pasado, pero sigue muy presente todavía a través de historias y cuentos, como es el caso de Hicimos lo que Pudimos.
âYo soy originario de Acuí±a y siempre que veníamos a Saltillo, por la carretera, había cosas que me llamaban la atención, entre ellas el ferrocarril y cuando escuchaba la máquina. Después me enteré de que varios en mi familia habían sido ferrocarrileros y cuando viajaba a Piedras Negras recuerdo que para visitar a una tía, no había otra forma que pasar más que por las vías del ferrocarril.
âCuando fui a Colombia conocí a una persona que me marcó mucho y de hecho fue quien básicamente me impulsó a escribir. Las historias de su pueblo giraban en torno a las vías del ferrocarril, que prácticamente dividía el lugar en dos, había como una división dicotómica, una guerra eterna entre el pueblo por estar partido por las vías. Todo lo que tiene que ver con el tren ha estado presente de alguna forma en mis historias, en mi vida.
Cursaste Derecho, una carrera en la que es necesario estudiar y leer mucho. ¿Esta formación tiene relación con tu pasión por la lectura y la escritura?
âCreo que el ser abogado primero es algo que a mí me ha ayudado a escribir. En el Derecho hay diferentes ramas, pero al menos la que a mí me gusta, que es la penal y de los juicios, no es otra cosa sino contar historias. El Derecho es contar una historia porque tú lo que puedes dar al tribunal son los hechos para que este llegue a la conclusión, y justo esas conclusiones que no le das al juez son las que no le das al lectorâ.
Ahora que estás escribiendo, ¿has pensado en seguir con los cuentos o quizá embarcarte en una novela?
âEscribo cuentos, pero ahora lo que tengo constante es un proyecto a largo plazo que es una novela que narra todo lo que viví en Barranquilla en esos seis meses, que parecieron seis aí±os. Tengo que combinarlo con la maestría, el trabajo, según mis cálculos creo que esta novela tardará dos aí±os y medio.
âDecía Sabina que para él la música es una amante no una profesión como lo era para Serrat, una declaración que se dio cuando ambos hacían conciertos juntos, y en este sentido quizá mi profesión o matrimonio es con el Derecho, pero mi amante es la escrituraâ.