
La directora de la clínica Reencuentro escribe el testimonio personal de la lucha de su hijo contra las adicciones.
Por Christian García
Saltillo, Coahuila.- La familia de un adicto es siempre el primer apoyo que debe de tener una persona en esta condición, y el amor de una madre es el primer refugio y sustento para la vida, esto lo sabe muy bien Elvia OâMalley, autora del libro Cuando las Drogas me Arrebataron a mi Hijo.
Ella decidió sacar a su hijo adelante con amor y comprensión, pero también con el conocimiento suficiente para atacar uno de los problemas más grandes a los que se enfrenta el país, pues según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el uso de drogas ha tenido un incremento, tanto que 1 de cada 10 adolescentes ha probado sustancias ilegales.
La publicación es un viaje doloroso en el que la ignorancia inicial da paso a una emoción para ayudar. La autora menciona que el libro llegó âcomo una manera de hacer mi catarsis personal. Y debido a que los problemas que tuve con mi hijo, me motivó a escribir mucho. Poco a poco el material se juntó y terminó por formar este texto, que es una especie de manual para ayudar a las mamás a superar las angustias y allanar un poco el duro camino que es tener a un hijo o a un familiar con adicciones.
âLo escribí porque es una forma de decirle al mundo que no se puede dejar a los muchachos a mitad del camino, no deberíamos de dejarlos tocar fondo, porque quizá no podría haber un regresoâ.
Largo camino
OâMalley decidió no dejar de ser el apoyo más fuerte de su hijo Giovanni, con quien ha trabajado durante 19 aí±os para eliminar todo rastro de la adicción a las drogas. Ella menciona que el hecho de enterarse, conocer y acompaí±arlo en esta odisea contra sí mismo y contra las sustancias ha sido conmovedor en más de un sentido.
âCuando te enteras es un shock porque tienes que asimilarlo de manera personal. Después tienes que conocer contra lo que luchas, es una constante búsqueda de información, de saber qué está pasando alrededor tuyo y en ti misma como madre. En mi caso fueron 10 aí±os de estar en una clínica y en muchos otros lados. El camino para curar las adicciones es largo y no todos tienen la fortuna de terminar con ellas a la primera oportunidad de internamiento. Fue un proceso impactanteâ.
En esas casi dos décadas de trabajo, OâMalley llevó a su hijo a distintas clínicas en las que vio su nula funcionalidad. Así que decidió fundar su propia clínica con ideas y formas de trabajar que han dado sus frutos en Clínica Reencuentro, la primera en el norte del país, localizada en Tijuana. En la que ella atiende a las familias.
âUno tiene que aprender, primero, que eso es una enfermedad que no se quitará con medicinas, sino con constancia y esfuerzo. Este proceso de información te llevará a comprender el cómo hemos etiquetado a las personas que tienen este problema y a quiénes deberíamos de brindar la ayuda adecuada. Ese camino de aprendizaje me llevó a fundar una clínica de rehabilitación, que me llevó a no nada más a cambiar una vida cómoda, sino a iniciar en un campo desconocido desde el otro lado, en el de los tratamientosâ, seí±aló.
Puertas abiertas
Este trabajo de renovación familiar y entendimiento en el grupo, es lo que OâMalley seí±ala que debe de ser lo principal.
âEl entorno en el que se desarrollan los jóvenes actuales está cada vez más daí±ado, pero también hay que decir que la génesis de estos problemas provienen realmente del ambiente familiar, no porque los papás seamos culpables, pero sí de una disfunción del grupo familiar que da puerta abierta a que los muchachos busquen un sentido de pertenencia con quienes le ofrecen las sustanciasâ.
Clínica Reencuentro se localiza en Tijuana, Baja California Norte, zona fronteriza que tiene del otro lado a California, Estados Unidos, estado en el que el uso medicinal de la mariguana es legal. Para OâMalley, los contras de esta legislación está la probable apertura hacia otras sustancias.
âSiento que la legalización en nuestro país, que es una cuestión que está cercana, será como abrir una puerta hacia el uso de otras sustancias, haciendo que se magnifique el problema y anulando la autoridad de la familia. Aún así el problema cae también en cómo ellos conseguirán esas drogas, que se vuelve más peligroso sin ser legales, pero también está la posibilidad de que se compre en cualquier punto. Esto hará que se expanda el problemaâ, finalizó.