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Un eterno sueño mexicano: trabajar para salir de pobre

El Colegio de México alerta que no existe una movilidad social ascendente en el país.

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El Colegio de México alerta que no existe una movilidad social ascendente en el paí­s.

Por Agencias

Ciudad de México.- Al principio fue apenas una mí­nima aspiración, luego la idea le hizo nido en la cabeza hasta volverse un proyecto de vida. Diana, de 19 aí±os, querí­a estudiar Quí­mica en la UNAM. Su plan era dejar Teopisca, en Chiapas, donde viví­a con sus padres y hermanos, mudarse a Ciudad de México para estudiar en la UNAM y trabajar en el Cinvestav.

A Sophia no le preocupa el examen de ingreso a la UNAM. Estudiante de segundo aí±o de preparatoria en una escuela privada de Ciudad de México, tiene planeado cursar sus estudios universitarios en el extranjero y todaví­a no se decide entre derecho, relaciones internacionales, leyes, historia o economí­a.

Diana y Sophia son mexicanas y tienen los mismos derechos ante la ley, pero no en la realidad. Su lugar de nacimiento y su estrato socioeconómico han marcado su destino e irán ensanchado las desigualdades entre ambas a lo largo de su vida, como documenta el informe Desigualdades en México 2018, elaborado por El Colegio de México.

De acuerdo con el estudio, sólo el 2.1% de los mexicanos nacidos en hogares con menor acceso a bienes y servicios (quintil 1) puede escalar socialmente en la edad adulta a los grupos con mayor acceso. En contraste, las personas nacidas en el grupo de mayor acceso a bienes y servicios (quintil 5) tienen una alta probabilidad de mantener una posición de ventaja en la edad adulta.

LA DESIGUALDAD SE ENSEí‘A Y APRENDE

La profunda desigualdad en México empieza por la educación debido a que es el requisito básico para acceder a la mayorí­a de los puestos de trabajo calificado, documenta el estudio. Los estudiantes que asisten a escuelas públicas tienen experiencias educativas distintas dependiendo del estado donde viven.

Un indicador para medir este dato es el servicio de drenaje en las escuelas como un piso mí­nimo de bienestar, cuya cobertura nacional está lejos de alcanzarse. Los estados con carencias más graves son Oaxaca, Guerrero y San Luis Potosí­, donde solo un tercio o menos de los inmuebles tienen drenaje.

En contraste, únicamente Aguascalientes, Ciudad de México y Tlaxcala cuentan con este servicio en el 80% de sus planteles. Y si bien se observa un rezago mucho menor en el norte, Sonora, Chihuahua y Tamaulipas tienen apenas una cobertura de entre 48 y 64.3 %, de acuerdo con el estudio.

De acuerdo con El Colmex, “la disponibilidad de instalaciones sanitarias apropiadas se ha relacionado con que las nií±as permanezcan y aprovechen la escuela”.

AHí NACISTE Y AHí TE QUEDAS

Cuando a Diana la rechazaron en la UNAM, buscó opciones y la encontró en la carrera de Quí­mica en una universidad privada en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Preguntó, se movió y consiguió un descuento por promedio. Ahora está en segundo aí±o de la licenciatura, pero tuvo que mudarse a la capital de su estado, independizarse y pagar renta.

La desigualdad en el presente afecta negativamente la movilidad social en el futuro y el mercado laboral no se ha convertido en el motor que destrabe este escenario por las desigualdades territoriales, documenta el informe.

“Las expectativas salariales de los mexicanos son muy distintas dependiendo de la entidad en la que laboran: mientras que el ingreso laboral mediano mensual de un trabajador fue de 6 mil 657 pesos en Querétaro en 2017, la remuneración fue de 4 mil 748 pesos en Puebla. El contraste es aún mayor si comparamos Chiapas con 3 mil 708 pesos con Nuevo León que tiene un ingreso de 7 mil 371 pesos”.

De acuerdo con el informe, los mercados laborales en los estados del sur presentan los salarios más bajos y no se observa que se acerquen sustancialmente a los niveles de remuneración de las entidades con mayor desarrollo económico, al tiempo que hay una caí­da en los ingresos laborales en Baja California, CDMX, Jalisco, Edomex, Puebla, Quintana Roo y Tamaulipas. Los estados con los salarios más altos son Baja California Sur, CDMX, Nuevo León y Querétaro.

A esta desigualdad territorial en el mercado laboral se suma la cuestión del género: la participación femenina se ha estancado los últimos seis aí±os. De acuerdo al informe, el porcentaje de mujeres es del 45 % desde 2012. Si se excluye a los paí­ses árabes, es una de las tasas más bajas del mundo.

SALARIOS ¿DECENTES?

En México el desempleo se ha mantenido bajo, pero los puestos de trabajo creados en aí±os recientes se han caracterizado por una creciente precariedad, es decir, son trabajos con bajos salarios, con subcontratación y sin protección social. La calidad de este empleo tiene que ver también con desigualdades territoriales.

“Las caracterí­sticas de sus empleos determina en gran medida el grado de protección social que tienen sus familias: 58% de las personas en Sonora tiene acceso a los servicios vinculados a la seguridad social, mientras que sólo 27% tiene los mismos beneficios en Puebla”, destaca el informe.

Así­, en las entidades del norte y en Jalisco, Colima, Aguascalientes, Ciudad de México y Quintana Roo, la mitad o más de la población cuenta con prestaciones asociadas a la seguridad social, mientras que en los estados del sur la acumulación de desigualdades hace que los trabajadores reciban salarios relativamente más bajos, tengan una mayor vulnerabilidad laboral y carezcan de un sistema de protección para enfrentar circunstancias adversas.

En 2007, el ingreso mediano era poco mayor a 6 mil pesos al mes, mientras que en 2017 era de casi 5 mil 200, 13% de disminución en su valor real. Todos los sectores han perdido en ese descenso a la baja, pero el impacto negativo ha sido mayor para los empleadores, quienes perdieron 26% del valor de sus ingresos.

Por nivel de estudios, la población con altos niveles de escolaridad fue la que más perdió (hasta 32 % después de 2008). La caí­da en sus ganancias salariales podrí­a atribuirse también a un deterioro en la calidad de algunas opciones de educación media superior y superior.

UN PRONí“STICO DESALENTADOR

» El 76 % de los hijos nacidos en los hogares con pobreza o pobreza extrema se mantendrán en los dos quintiles menos favorecidos cuando sean adultos, es decir, en 40% más bajo en el acceso a bienes y servicios.

» En tanto, 80 % de los hijos nacidos en los hogares de clase alta o media alta permanecerán por lo menos en el 40% de mayor disponibilidad de recursos o de mantenerse en la misma condición.

» Y la clase media tampoco se mueve. Las personas que nacieron en hogares localizados en la mitad de la distribución (quintil 2 y 3) tendrán más probabilidad de permanecer en ese estatus que ascender.

EXPECTATIVAS

» Un esquema de movilidad social ideal plantearí­a que el movimiento ascendente fuera para 20% de la población.

» El paí­s más cercano a ese nivel es Canadá con 13.5 %, seguido por Dinamarca, con 11.7 por ciento; Francia, con 11.2 por ciento; Suecia, con 11.1% e Italia, con 10.4 por ciento.

» Con un poco menos de movilidad Reino Unido 9.1% y Estados Unidos, con 7.5 por ciento. México se encuentra en el último lugar, con una movilidad de ingreso ascendente de 2.1 puntos porcentuales.

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