Julián López âEl Juliâ se abrió con capa a la verónica de manera sedeí±a
Por: Francisco VargasÂ
Ciudad de México.- Tarde histórica fue la que se vivió este lunes en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en lo que fue el Séptimo Festejo de Abono, donde el matador y figura del toreo Julián López âEl Juliâ, indultó al bravo y gran toro âOrgullitoâ de la ganadería de Garcigrande; cortando además el diestro madrileí±o dos orejas a su primero, siéndole concedidas dos más de manera simbólica y con ello âEl Juliâ salió a hombros por la âPuerta del Príncipeâ; mientras que el también figura Enrique Ponce cortó una oreja de gran peso; por su parte Alejandro Talavente se llevó lo menos potable.
Gracias a la magia de la televisión muchos aficionados como quien escribe, pudimos ser testigo de esta histórica y magnífica tarde, donde la Real Maestranza de Caballería de Sevilla por el cartel cinco estrellas registró un lleno total. Se jugaron toros de Domingo Hernández y Garcigrande, de buena presencia; destacando entre ellos por supuesto el indultado âOrgullitoâ, número 35, con 528 kilos.
Enrique Ponce con su primero justo de fuerza, lo lanceó a la verónica con armonía, mientras que con sarga ante un toro que llevó la cara un tanto suelta, Ponce sacó su maestría, logrando magníficos pases con diestra mano, silencio.
Con su segundo nuevamente el diestro de Chiva, mostró su gran experiencia, capacidad y oficio, logrando una faena artística y estética por ambos lados, de esas para entendidos, donde cuidó las distancias y nunca le exigió al toro que llegó sin definirse en sus embestidas; misma que remató de estocada para ser premiado con una merecida oreja.
Julián López âEl Juliâ se abrió con capa a la verónica de manera sedeí±a y rítmica llevando manos bajas; quitando por lucidas chicuelinas en su turno Talavante respondiendo de la misma manera el madrileí±o. En el inicio de su faena, el toro trompicó a âEl Juliâ quien cayó en la arena, improvisando con una serie por el derecho rodillas en tierra. Ya incorporado logró una faena donde llevó en todo momento la mano muy baja exigiéndole al burel que respondió al dominio muleteril de âEl Juliâ, quien construyó series por ambos pitones en redondo, templado y mandando siempre. Estocada de efectos inmediatos para cortar dos orejas.
No conforme con lo hecho, âEl Juliâ ante el bravo, noble, fijo, y emotivo âOrgullitoâ se fundieron desde el inicio con capa cuando lanceó de manera artística a la verónica, siguiendo en ese mismo tenor del buen torear con muleta, donde mostró su maestría, sapiencia y enorme potencial taurómaco, con pases donde prácticamente acarició el albero, respondiendo a cada embestida el bravo toro, mismo que le fue
perdonada la vida al ser indultado; dando la vuelta triunfal âEl Juliâ con las dos orejas simbólicas, acompaí±ado del feliz ganadero.
Por su parte Alejandro Talavante no contó con la misma suerte al no tener materia prima, por lo que tuvo silencio en ambos.