Los expertos seí±alan que debido a la falta de un hábitat más amplio para vivir y reproducirse, por lo que el número de especímenes ha ido a la baja
Por: Agencias
Ciudad de México.- La Paz, BCS. De acuerdo con informes del Instituto de Ecología y Cambio Climático (INECC), la extinción de la vaquita marina es inminente, puesto que el último censo realizado en el Alto Golfo de California indica que quedan cerca de 60 especímenes.
Luego del censo realizado en el 2014, en el que contabilizaron cerca de 100 ejemplares de vaquita marina, los especialistas presumían que para el 2022 la especie se recuperaría, sin embargo, hoy las expectativas son diferentes.
Los expertos seí±alan que debido a la falta de un hábitat más amplio para vivir y reproducirse, por lo que el número de especímenes ha ido a la baja.
A esta situación también se agrega otro factor: La caza ilegal. Las vaquitas marinas comparten espacios con los peces totoaba, los cuales son muy apreciados en el mercado asiático, por lo que el cetáceo es pescado y vendido ilegalmente.
âEl destino de la vaquita marina, según lo plantea el Comité Internacional para su recuperación, es que de aquí a 2022 se proyecta su extinción casi inminente; sin embargo, si consideramos su tasa de mortandad y las últimas 3 vaquitas muertas en marzo de este aí±o, en plena temporada de totoaba, la viabilidad de la población se reduce, por lo cual se esperaría que incluso, en un par de aí±os, la especie pudiera estar extinta. Esto, por supuesto, hablaría muy mal de las políticas mexicanas sobre esfuerzos infructuosos por rescatar este animalâ, comentó el coordinador de la campaí±a de océanos de Greenpeace, Miguel Rivas.
Otro de los factores que contribuyeron a esta situación, fue la disfunción ampliación del polígono de protección de la vaquita marina, debido a que las instituciones responsables del tema como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría federal de Protección al Ambiente (Profepa) registraban recortes de presupuestos.
Los especialistas explican que las autoridades aumentaron el área de protección, pero se redujeron los recursos para vigilar al cetáceo.