
El piloto tuvo tiempo de saltar con un paracaídas pero fue abatido en tierra.
Por: Mario Alvarado
Siria.- Se los considera derrotados después de seis aí±os brutales de guerra, pero lo cierto es que todavía conservan cierto poder de destrucción letal como puso de relieve el derribo ayer de un caza Su-25 ruso en la provincia siria de Idlib, último reducto rebelde en el norte del país que no consigue controlar el régimen de Damasco.Según el Observatorio sirio de Derechos Humanos (OSDH), el avión sobrevolaba la ciudad de Maasran donde participaba en uno de los cerca de 50 bombardeos lanzados por los rusos durante las últimas 24 horas cuando fue alcanzado, probablemente por un misil antiaéreo portátil.
El piloto tuvo tiempo de saltar con un paracaídas pero, según el Ministerio de Defensa ruso, al tocar tierra se encontró rodeado por los rebeldes y se produjo un intercambio de fuego tras el cual fue abatido.
El director del observatorio sirio, que tiene informantes sobre el terreno, Abdel Rahman, no pudo confirmar la facción a la que pertenecen los rebeldes, pero precisó que en el área predomina el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham, que está afiliado a la red Al Qaida.
Los rebeldes han conseguido derribar aviones del régimen en el pasado, pero abatir aparatos rusos es mucho menos frecuente.
Quizás se deba en esta ocasión a que, según el OSDH, tanto cazas como helicópteros lanzaron medio centenar de ataques aéreos en apoyo de la ofensiva del ejército sirio contra Idlib, en los que forzosamente habrían quedado expuestos.
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