Estamos programados genéticamente para sentir más hambre durante la época de frío⦠¿por qué?
Por: AgenciasÂ
Estados Unidos.- Existen varios factores que hacen que nuestro cuerpo sienta más hambre conforme bajan las temperaturas ambientales. Algunas responden incluso a la historia genética, otras la nostalgia y a las bajas temperaturas.
Así como en la temporada de verano la temperatura corporal aumenta, en la invernal el frío provoca un descenso y para recuperarla, el organismo pide más calorías que se manifiesta en antojos de alimentos dulces y con grasa.
Los especialistas indican que con sólo dos o tres grados por debajo de los 36 grados bastan para que se comience a sentir la necesidad de comer más alimentos. Hacerle caso a este instinto y comer por comer aumenta considerablemente las probabilidades de incrementar de peso y con ello contraer otras enfermedades derivadas como la hipertensión y males cardiovasculares.
Tener una temperatura adecuada es importante para el buen funcionamiento del cuerpo, e igual que cuando hace calor usamos el sudor para bajar la temperatura, cuando tenemos frío tenemos mecanismos para subirla que utilizan energía y, por lo tanto, aumenta nuestra necesidad de calorías, indicó la nutrióloga Ana María González, para Notimex.
âEl frío no aumenta nuestra demanda de energía, sino el descenso en la temperatura de nuestro cuerpo, ya que el cuerpo produce calor a través de los temblores en los músculos al titiritar, la necesidad de movernos constantemente y lo que se conoce como âefecto térmico de los alimentosâ, que se da después de comerâ, seí±aló.
Las calorías que se adquieren con este tipo de alimentos se destinan a mantenernos calientitos. También con este clima aumenta el antojo por las bebidas calientes, dulces y de alto contenido en grasa.
Los nutriólogos explican que basta con abrigarnos bien y hacer ejercicio para calentar el cuerpo bastan para evitar comer o beber cosas calientes. Es posible complacer los antojos sin llenarte de calorías con pequeí±as cantidades o sustituyendo calorías.
Indicó que algunas personas en lugares con mucho frío pueden presentar una condición conocida como âdesorden emocional estacionalâ que aumenta su antojo por comer más, especialmente alimentos ricos en carbohidratos, y a mantenerse más sedentarios de lo habitual.
Cuando hay bajas temperaturas no se antoja hacer ejercicio, sin embargo, esta época puede utilizarse a nuestro favor para incluso bajar de peso, aseguró.
Agregó que el movimiento de los músculos es lo que más calor da, y si hiciéramos más ejercicio que el resto del aí±o, podríamos mantener la temperatura corporal mientras se queman muchas calorías.
Con Información de Debate