Siguieron su camino, pero la vida los volvió a unir, tres décadas después
Por: AgenciasÂ
Paraguay.- Una verdadera historia de amor, como quitada de una telenovela, es la que viven Graciela Esther Vera (51) y Nicolás Alegre, tras estar perdidamente enamorados unos 37 aí±os. La historia se inició en Bella Vista, Itapúa, cuando eran chiquitos.
A los 14 aí±os, los tortolos ya se querían muchísimo, pero no podían aún dar rienda suelta a su amor.
âNuestras madres eran amigas, nacimos en el mismo barrio y crecimos juntos. Cuando tenía 14 ya nos queríamosâ, dijo la mujer.
Nico, caballeroso y romántico, eligió la poesía para enamorarla aún más. âNo soporto tu indiferencia, ni aunque me mandes preso yo seguiré insistiendo porque te amo y te amaré siempreâ, reza uno de los escritos de Alegre, allá por 1986.
âMe gustaba mucho ese detalle, y consiguió robarme un piquitoâ, relató la doí±a.
Pero así como quedaron guardadas las cartas, también quedaron guardados los recuerdos y sobretodo el amor.
Graciela estuvo casada con otro hombre por 36 aí±os, tuvo cuatro maravillosos hijos y hace 5 aí±os se separó. Nicolás por su parte, fue a Argentina a probar suerte. Sin embargo la distancia y el tiempo no borraron los sentimientos. âGuardé todas sus cartas, una a una. No cabe duda que estamos destinadosâ, aseguró Vera.
La enamorada contó que el amor revivió este aí±o cuando él la contactó por Facebook. âChateamos dos meses y nos reenamoramos. Me dijo que vendría a Paraguay a verme, pero me adelanté, me salió un trabajo y me fui a Argentina yo. Ya lo perdí una vez, no pienso perderlo ahoraâ, expresó emocionada.
El reencuentro en el vecino país fue de lo más romántico: íl la esperó y se entrelazaron en un profundo abrazo. âDirectamente nos fuimos a vivir juntos y disfrutar del amorâ, detalló í±a Esther.
Graciela y Nicolás viven juntos en Argentina; él trabaja como constructor, pintor, electricista y ella, en una casa de familia. Cada momento salen de la rutina y aprovechan al máximo las décadas que se les perdió. Tras cuatro meses de reencontrarse volvieron a Paraguay a pasar las fiestas junto a sus familiares.
âEsto es una seí±al. Me di cuenta que siempre le quise, ahora conocí la felicidadâ, finalizó la enamorada mujer.
Con Información de Extra