La mayoría de estas proceden del centro y sur del país.
Por Redacción
Saltillo, Coahuila.- A pesar de las regulaciones en materia laboral que incluso tienen injerencia en cuestiones penales tipificadas en la trata de personas, es común que a través de internet se solicite, ofrezca y âtraspaseâ servicio doméstico, particularmente de mujeres foráneas para que sean contratadas por sueldos ínfimos a cambio del servicio que prestan.
Generalmente, estas personas son mujeres que provienen de lugares tan alejados como Hidalgo, Oaxaca, Tlaxcala o Veracruz, o de comunidades rurales de los alrededores, que encuentran en el servicio doméstico un trabajo donde obtienen un salario (en la mayoría muy bajo), alimento y hospedaje.
Al mejor postor
Son conocidas entre la gente de clase media alta y alta como âmuchachas de quedadaâ, es decir, prestan su servicio y viven en los domicilios de las personas que las contratan, donde en la mayoría de las ocasiones la alimentación y hospedaje son parte de su pago.
Sin embargo, su trabajo no está regulado y al ser un trato informal, es difícil la intervención de las autoridades para evitar esta versión moderna de la esclavitud, similar a la que se persiguió hace unos aí±os en los ranchos agrícolas de Coahuila.
Es común ver en internet anuncios donde se solicita a âmuchachas de quedadaâ para trabajar con familias de alto poder adquisitivo. Los anuncios se pueden encontrar en Facebook y en algunas páginas de avisos clasificados de internet.
âEs viuda, sin hijos y sabe cocinar, o sea, todoâ, dice una de las publicaciones. âHay una muchacha de quedada por si alguien necesitaâ, dice otra.
En octubre de 2014 se firmó en Coahuila el Pacto por la Seguridad Social de las Trabajadoras del Hogar, mediante el que se pretendía que las empleadas domésticas tuvieran seguro social. De 54 mil empleadas domésticas en Coahuila que tenía registrado el INEGI en el último censo, solamente 3% contaba con seguro social. Este pacto fracasó debido a que no se hizo legislación, es decir, que era a voluntad del patrón asegurar o no a sus trabajadoras del hogar, lo cual pocas veces sucedió.