La posición japonesa es congruente con su línea de âpresión, no diálogoâ para lidiar con Corea del Norte y sus programa nuclear.
Por: Agencias.
Tokio.- Japón privilegió la vía de la presión antes que la del diálogo para lidiar con Corea del Norte y sus programas nuclear y de misiles, al informar que pláticas multilaterales sobre el tema no se realizarán este aí±o.
La posición japonesa es congruente con su línea de "presión, no diálogo" hacia Corea del Norte, sin que se descarte que se relacione con la posible salida de su cargo del actual secretario estadunidense de Estado, Rex Tillerson.
La reunión fue convocada por Canadá y Estados Unidos para el 15 de diciembre en Vancouver, así como otros países del comando de Naciones Unidas con presencia militar en Corea del Sur desde la Guerra de Corea en el siglo pasado.
La reunión fue anunciada por Tillerson y la canciller canadiense Chrytia Freeland el 28 de noviembre luego del más reciente ensayo misilístico norcoreano.
Japón argumentó para frenar la cita que la misma se trasladaría con la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas convocada con similar agenda y programada para el 15 de diciembre.
De acuerdo a una fuente del ministerio de Asuntos Exteriores japonés, el encuentro va fuera de la línea de Tokio, que ha llamado a incrementar la presión diplomática sobre Pyongyang, seí±aló un despacho de la agencia Kyodo.
Pero también tiene que ver con la versión de influyentes medios estadunidenses de la semana pasada, sobre la salida de Tillerson del departamento de Estado, debido a una serie de importantes discrepancias con el presidente Donald Trump.
Aunque el mandatario descartó esa salida, la misma sigue en el aire y mantiene atentos a los observadores, que anotan como el funcionario va por el diálogo mientras esa vía es pérdida de tiempo para el mandatario.
Tillerson se encuentra este martes en Bruselas donde se reunirá con sus homólogos de la Unión Europea (UE) y de la Organización del Tratado del Atlantico Norte (OTAN).
La reunión de la Alianza Atlántica tendrá en un lugar privilegiado de su agenda el tema norcoreano, donde existen afinidades entre las posiciones de Washington y Bruselas.
Empero, los trabajos de la UE y la OTAN se darán bajo la sombra de la salida de Tillerson, lo que cuestionaría los acuerdos que suscribiera en nombre de Washington.