
Someten a estudiantes a un entorno de constantes agresiones.
Por Rosalío González
Saltillo, Coah.- Conocida como âEl Ejidoâ, la parte trasera del Instituto Tecnológico de Saltillo (ITS) es uno de los puntos de acoso sexual y violencia verbal con alta incidencia; las mujeres denuncian lo insoportable que es para ellas transitar dentro de su propia escuela.
âTenía a 20 o 25 chicos diciéndome majaderías, haciendo como lobos, gritándome, un tipo pegándose como Tarzán en el pecho y haciendo un escándalo como si fuera un circoâ, escribió Stefanie F., una de las tantas mujeres acosadas al interior del plantel.
En un recorrido hecho por Zócalo entre las canchas y plazas de esta institución de educación superior, se constató la violencia de género que sufren decenas de mujeres por el simple hecho de cambiarse de un salón a otro o ir a comprar de comer.
âLo peor fue cuando uno de ellos se puso enfrente de mí y no me dejaba pasar diciendo â¿sabes cómo le quitamos lo fresa a las gí¼eritas como tú?â, y así continuó hasta que me subí a mi carroâ, narró Stefanie en su denuncia publicada en redes sociales.
Atrapadas en el acoso disfrazado de âbromaâ
Dos jóvenes colaboraron con Zócalo para registrar el acoso en el Instituto Tecnológico de Saltillo, la experiencia fue a decir de ellas mismas, âgrotesca y groseraâ.
En los 20 minutos que estuvieron al interior de las instalaciones sufrieron dos altercados con un grupo de estudiantes que se encontraban jugando futbol, les gritaron ofensas sin importarles que por el lugar también transitaban profesores y personal administrativo.
Eran las 10:00 horas cuando ambas jóvenes ingresaron vestidas con jeans, blusas casuales y suéteres a âEl ejidoâ, que se ubica en la entrada trasera de uno de los centros de estudios más importantes de Saltillo. Ingresaron por la calle Miravalle al estacionamiento, tenían el objetivo de atravesar todo el plantel hasta la entrada frontal.
Por las áreas comunes del Tecnológico transitan tanto mujeres como hombres, aunque destaca una ligera mayoría de estos últimos.
Las miradas de los estudiantes hacia ellas se registraron desde el primer momento, aunque tuvieron que llegar hasta las canchas de futbol para ser agredidas verbalmente por algunos jóvenes.
âEit, me llamo Luis, gí¼erita, me llamo Luisâ, le gritaron a una de ellas sin que ninguna de las dos le pusiera especial atención.
âEso es algo común aquí, nosotras ya sabemos dónde no debemos pasar o a qué hora no podemos pasar porque están los grupos de chavos que nos dicen cosasâ, comentó una estudiante consultada por Zócalo.
Observadas sin reparo
Estas âbromasâ son un factor común en los pasillos de la escuela superior en mención, es una condición de acoso a la que las jóvenes se han acostumbrado a mal vivir, sin que nadie haga nada al respecto.
Algunos pasos después de la cancha de futbol rápido, otro grupo de estudiantes agredieron a las jóvenes: âmira a la de lentes, la gí¼erita de los lentesâ, se gritaron entre ellos, sin importarles que la chica los escuchara.
En su cuenta de Facebook, Stefanie Fino publicó una cruda narración de su experiencia al interior del tecnológico: âMe siento muy indignada. Fue lo más incómodo entrar al ITS y tener como a 20 o 25 chicos diciéndome majaderías, haciendo como lobos, gritándome, un tipo pegándose como Tarzán en el pecho y haciendo un escándalo como si fuera un circo.
âLo peor fue cuando uno de ellos se me puso enfrente y no me dejaba pasar diciendo: â¿sabes cómo le quitamos lo fresa a las gí¼eritas como tú?â y así continuó hasta que me subí a mi autoâ, narró la joven agredida.
Stefanie intentó denunciar lo que le hicieron pero âcuando te quejas, te dicen: âusted no debió entrar por ahí (por El Ejido). Así bromean ellos. Si no la tocaron o lastimaron no hay caso para hacer esto más grande. Evite regresar por ahíââ.
Las colaboradoras de Zócalo también intentaron recurrir a las autoridades para hacer una denuncia contra el acoso sufrido durante el ejercicio periodístico, sin embargo, no pudieron encontrar ni siquiera a la persona encargada de recibir este tipo de quejas.
Carencia
En contraparte con las múltiples experiencias registradas y denunciadas públicamente, la ombudswoman laboral de la institución, Leticia de la Fuente, aseguró que de su conocimiento sólo son los registros de acoso de profesores a estudiantes y entre trabajadores del ITS.
âMi trabajo es atender el acoso de los maestros a los alumnos âque dicho sea de pasoâ es muy poco, en los últimos tres aí±os apenas si hay registro de algunoâ, dijo De la Fuente.
Sin embargo, de lo que no hay estadísticas es del acoso entre los mismos estudiantes, que es mucho más frecuente y casi incontable por la gran incidencia.
âNosotros en el 2008 hicimos una encuesta entre los estudiantes y lo que descubrimos fue violencia familiar y en el noviazgo, pero en la escuela noâ, aseguró la ombudswoman que también especificó que a partir de entonces no se ha realizado ningún otro estudio.
âHicimos conferencias para que las estudiantes se cuidaran de la violencia en el noviazgo porque en el 2009 hubo un aumento del embarazo entre las alumnasâ, apuntó la protectora de la equidad laboral en el instituto.
âRespecto al acoso entre estudiantes, de ese no me encargo yo, para ese hay sicólogos en la escuela que tratan el temaâ, externó, lo que deja descartado que existan investigaciones de acoso adentro de la institución o haya trabajo de prevención para revertir esta alta incidencia de violencia contra la mujer de parte de los mismos jóvenes.
Evitar que escale
La experiencia en el país ha registrado graves casos de violencia contra estudiantes de educación superior. En el caso de Mara Fernanda de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) y el de Mariana Fuentes de la Benemérita Universidad de Puebla, ambas fueron asesinadas en este aí±o.
Las estudiantes del ITS piden que antes de que la violencia escale o se vuelva algo todavía más común en sus vidas, las autoridades las ayuden para que se frene el acoso que, según el violentómetro gubernamental, está en el nivel 10 de los 30 que lo conforman, el último es el asesinato.
Disparejo
» El ITS busca certificarse en la Norma Mexicana NMX-R-025-SCFI-2015 en Igualdad Laboral y No Discriminación que sólo incluye a los trabajadores, pero poco o nada se hace contra las âbromasâ y las escenas de violencia verbal entre los propios estudiantes.