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Ruta Hidalgo, en el olvido; ‘borran’ huellas del Padre de la Patria en Coahuila

Con el fin de marcar el camino de Hidalgo, en 1960 49 estelas debieron ser colocadas en Coahuila. No todas llegaron a su destino, y de aquellas que lo hicieron algunas fueron dañadas y otras robadas.

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Con el fin de marcar el camino de Hidalgo, en 1960 49 estelas debieron ser colocadas en Coahuila. No todas llegaron a su destino, y de aquellas que lo hicieron algunas fueron daí±adas y otras robadas.

Por: Jesús Castro

Saltillo, Coah.- Las huellas de dos zapatos que alguna vez fueron negros se plasman sobre la polvorienta plaza del ejido La Ventura, en los lí­mites de Coahuila con San Luis Potosí­ y Zacatecas.

Son de Romualdo Rodrí­guez, el comisario ejidal. Entusiasmado cuenta que por ese pueblo pasó el cura Hidalgo. La prueba es una cabeza de águila sobre un pedestal, al centro de la antigua Hacienda.

El hombre de ancho bigote cano y sombrero, de sonrisa fácil y andar pausado, repite una y otra vez las historias que sus antepasados le contaron. Que por ahí­ pasó el cura de Dolores; que vení­a cargado con lingotes de oro y que los enterraron para que no se los quitaran los “gachupines”.

Esa, la cabeza de águila que Romualdo custodia como si fuera de oro, es la seí±al de que por ese lugar ingresó el Ejército Insurgente a Coahuila. Y desde ahí­ hasta Acatita de Baján hay una ruta que las autoridades federales marcaron con más estelas. Fueron 24 las que mandaron instalar. Hoy quedan 12, la mayorí­a en mal estado o en el olvido.

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Fue el presidente Adolfo López Mateos quien el 1 de septiembre de 1960 ordenó que a partir de la celebración de la Independencia de ese aí±o, se colocaran 260 estelas para seí±alar la ruta seguida por Miguel Hidalgo, desde el pueblo de Dolores Hidalgo, Guanajuato, hasta Chihuahua.

La Secretarí­a de Educación Pública y el Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia seí±alaron los pueblos, caminos, ejidos o ciudades por donde pasó el Padre de la Patria. Plasmaron reglas para su instalación. Y diseí±aron una lista oficial para enviar las estelas. A Coahuila le tocaron 49.

De esos 49 lugares por donde pasaron los Insurgentes, 24 corresponden a los municipios de Saltillo, Ramos Arizpe y Castaí±os. Pero no a todos los sitios llegaron. En otros fueron robadas. La mayorí­a pasan desapercibidas, como la que está en la Ciudad Deportiva de Saltillo, tirada sobre la tierra donde antes hubo un pequeí±o jardí­n.

[caption id="attachment_14429" align="alignnone" width="600"]Sólo 2 de las 12 cabezas instaladas se encuentran en buen estado. Una está en una plaza de Ramos Arizpe. Sólo 2 de las 12 cabezas instaladas se encuentran en buen estado. Una está en una plaza de Ramos Arizpe.[/caption]

LLEGAN LOS INSURGENTES

Era 27 de febrero de 1811, cinco meses antes el cura Hidalgo lanzó el Grito de Independencia. El Ejército Insurgente vení­a de retirada luego de perder la batalla de Puente de Calderón, con la intención de ir a Estados Unidos por armas. Ese dí­a pasaron por el ejido El Salado, municipio de Vanegas, en San Luis Potosí­, y luego ingresan a Coahuila, por territorio saltillense.

“Por aquí­ entró el cura Hidalgo a Coahuila, por eso pusieron esta cabeza de águila. Por aquí­ pasó con carretas llenas de oro. Pero no habí­a casas, por eso se fueron para allá, al campamento de Hidalgo”, cuenta don Romualdo, comisario de un ejido que a finales de 1800 fue una hacienda próspera, donde hoy viven unos 350 habitantes, dedicados a la siembra de temporal.

Se refiere a un solar ubicado a unos 8 kilómetros por el camino que conduce a la carretera a Zacatecas. Según cuenta el comisario ejidal, en ese lugar instalaron un campamento donde el sacerdote y otros 200 hombres durmieron. Y es ahí­ donde, según documentos oficiales, mandaron instalar otra cabeza de águila. Pero actualmente no hay nada.

Un mes antes Mariano Jiménez junto a 7 mil hombres pasó por ahí­ cargado con varias carretas con dinero para comprar las armas en Estados Unidos. De ahí­ la leyenda de que en alguno de esos sitios dejaron escondido parte del supuesto tesoro. Detrás suyo vení­a Allende. Y al final Hidalgo.

El camino que siguieron los tres contingentes fue hacia la Hacienda de Encarnación de Guzmán, fundada a finales de 1700, actualmente todaví­a en pie. Allí­ llegó Hidalgo a descansar. Cargar ví­veres y dar de comer a los caballos.

El casco de la hacienda donde seguramente estuvo el Padre de la Patria, hoy está en ruinas, habitado por un hombre que teme ser identificado “por seguridad”, dice, y se rehúsa a dar el paso para fotografiar el sitio histórico. Encarnación es un ejido casi fantasma.

Las 10 o 12 familias que lo habitan se emplean en sembradí­os de temporal, cuando en otro tiempo era centro de un territorio próspero por sus múltiples sembradí­os. Temerosos dicen que ahí­ se instaló una cabeza de águila, pero no saben ni cuándo, ni cómo desapareció.

El único vestigio de que por ahí­ pasó el Ejército Insurgente es un montón de piedras en la primera esquina a la entrada del ejido, y el dicho de que por ahí­ pasó Hidalgo, del que no salen sus pobladores. Pero no saben nada más. “Pues consulte ahí­ en los libros de historia”, dice quien se ostenta como dueí±o del casco principal de la Hacienda, y luego se va.

Era 29 de febrero cuando Hidalgo salió de ahí­ y se dirigió al pueblo Tanque de las Vacas, actual ejido Congregación Gómez Farí­as, a unos 20 kilómetros del entronque con la carretera a Zacatecas.

Su calle principal se llama Miguel Hidalgo, y es en ella donde está la segunda cabeza de águila. Está en una esquina, sobre un pedestal cuadrado, diferente del que la SEP diseí±ó, y sin la placa conmemorativa. El águila está casi en el olvido, con daí±os y desprendimientos en el pico y a un costado. Sus pobladores sólo dicen de ella que es porque por ahí­ pasó el Padre de la Patria.

Desconocen que en alguna de esas casas de adobe durmió el cura junto con sus escoltas, para salir temprano rumbo a Saltillo, pasando por Puerto Pií±ones, y luego por Puerto Carneros, actual ejido Estación Carneros. En ambos lugares se mandó instalar estelas, pero sólo en una todaví­a existe.

LAS BATALLAS

La importancia de Puerto Pií±ones no es sólo porque por ahí­ pasaron los insurgentes, sino porque el 20 de enero, la avanzada capitaneada por Jiménez tuvo un primer enfrentamiento con el Ejército Realista, al mando de un general de apellido Cordero, a quien hicieron retroceder. Pero a ese prado, custodiado por un pequeí±o cerro, nunca llegó la estela número 192.

Un dí­a después, Jiménez vuelve a enfrentar a los realistas en el entonces Puerto Carneros. Recibe apoyo de Ignacio Allende, para entonces jefe del Ejército Insurgente. Ahí­ en Carneros apresaron al general Cordero y establecieron campamento.

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Once dí­as después, Hidalgo llegarí­a ahí­ a pasar la noche. Así­ lo indica una estela con detalles pintados en rojo y coronada con la cabeza de águila. Está a un costado de la carretera a Zacatecas, junto a las escaleras de un puente peatonal.

Al menos ahí­ existe el vestigio independentista, porque el siguiente sitio visitado por Hidalgo es el ejido Agua Nueva, donde nadie recuerda la estela número 194, que la Federación mandó instalar indicando que por ahí­ pasaron los insurgentes. Sobre todo porque, dicen los historiadores, en ese poblado Jiménez presentó su informe a Allende sobre las batallas libradas.

A donde sí­ llegó una cabeza de águila fue al ejido Encantada. Es una de las mejor conservadas. Está dentro de la primaria rural general Mariano López Ortiz. Del dí­a en que la instalaron, todaví­a se acuerda Alicia Nieto Manzo, pues fue el mismo aí±o en que inauguraron la escuela.

“Yo estaba en primero de primaria, ese aí±o abrieron la escuelita, y vino el Gobernador para inaugurarla. Después trajeron la cabeza esa de águila, y nos dijeron que era porque por aquí­ pasó el cura Hidalgo”, platica Alicia, actual comisaria ejidal.

Ella, los maestros y alumnos le dan mantenimiento a la estela. Y cada aí±o llega una cabalgata el 15 de septiembre, les abren las puertas de la escuela y rinden honores.

¿Y LAS DE SALTILLO?

El 4 de marzo el contingente de 200 hombres que acompaí±aban a Hidalgo llegó al paraje conocido como La Angostura, donde deberí­a estar la estela número 196. Ahí­ sólo hay un monolito que recuerda la batalla entre mexicanos y estadunidenses.

Así­ que el dí­a 4 por la noche llegaron a la Hacienda de Buenavista, donde les ofrecieron alojamiento, pues el Padre de la Patria vení­a enfermo y muy débil. El casco de aquella Hacienda todaví­a existe, ahora lo llaman edificio La Gloria, el más emblemático de la actual Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAAN).

Ahí­, a un costado del edificio donde durmió el cura Hidalgo instalaron una de las estelas, sobre un pedestal en buen estado, pero olvidado por los alumnos.

Interrogados al respecto, ninguno supo el significado de la cabeza de águila. Las respuestas fueron: “La mera verdad no sé, déjeme pensar”, “No me dijeron la historia aquí­ en la escuela”, o “Qué no es por la Autonomí­a de la Universidad”, “Es por la libertad, por la libertad de México”.

Ante la curiosidad, el estudiante íngel Domí­nguez Velarde se acercó a la estela y leyó la placa. “Ah, es por la Independencia, la Ruta de la Independencia”, dijo, y luego se regresó a contarles a sus compaí±eros, sentados donde dos siglos antes los insurgentes estacionaron carretas y caballos.

[caption id="attachment_14433" align="aligncenter" width="600"]En este recinto no hay cabeza de águila y aunque se mantiene en buen estado, no hay referencias a Hidalgo. En este recinto no hay cabeza de águila y aunque se mantiene en buen estado, no hay referencias a Hidalgo.[/caption]

La crónica de don Pedro Garcí­a dice que Allende pidió que no se le diera ningún tipo de recibimiento al cura Hidalgo en la Villa de Saltillo. Por eso llegó de noche y entró por la calle del Huizache, actual calle Morelos, hasta llegar a lo que hoy es la Plaza Félix U. Gómez, donde existí­an los mesones que albergaron a las tropas insurgentes.

De ahí­ fue escoltado hasta la casa que lo recibió durante dos semanas. Todos coinciden en que esa casa estuvo en la esquina poniente de las calles hoy llamadas Hidalgo y Aldama, donde durante mucho tiempo estuvo instalada una placa.

Pero como el lugar fue demolido y la esquina convertida en negocio, la placa se pasó a la casa en la acera de enfrente.

Es en Saltillo donde firma su renuncia definitiva a la capitaní­a del Ejército Insurgente, cediendo el puesto a Ignacio Allende. También rechaza el indulto que le ofrece el virrey Francisco Javier Venegas, pronunciando la frase, “El indulto es para los cobardes”.

Cuentan los cronistas que en esos 15 dí­as se llevaron a cabo misas de gracia, fuegos artificiales, tertulias literarias, bailes y hasta corridas de toros. También se nombró a Ignacio López Rayón comandante del Ejército que se quedarí­a en Saltillo, mientras el resto de los jefes partí­an hacia EU a comprar armas y obtener el apoyo de su Gobierno.

Por eso en 1960, la SEP designó en sus documentos el enví­o de la estela número 199, de la cual se desconoce su paradero, y que debió ser colocada frente a la casa que habitó Hidalgo.

Pero no, la única cabeza de águila que se encuentra dentro de Saltillo fue instalada en la Ciudad Deportiva, sin justificar si fue porque por ahí­ pasaron los insurgentes antes de partir rumbo al norte, o por la novedad del citado parque.

Lo cierto es que la escultura sigue ahí­, sin que nadie note su presencia, o quienes lo hacen, no pueden saber su origen, pues no cuenta con ninguna placa.

Tampoco está orientada hacia el norte, que es la ruta original de Hidalgo, sino hacia el surponiente, desobedeciendo los lineamientos de la SEP.

CAMINO A LA TRAICIí“N Después de dejar indicaciones a López Rayón, Mariano Jiménez salió de Saltillo con una pequeí±a comitiva y bajo el resguardo de carretas con el dinero para comprar armas. Detrás salió Allende, en un carruaje junto a su esposa y su hijo Indalecio, capitán insurgente.

Hidalgo salió de Saltillo la maí±ana del 16 de marzo, pasó por la entonces Villa de San Nicolás de Capellaní­a, actual municipio de Ramos Arizpe, donde está colocada una estela en la plaza junto al bulevar Plan de Guadalupe, esquina con la calle José A. Villarreal, a la entrada de la ciudad.

La cabeza de águila parece estar hecha de un material distinto al original, pues presenta un color gris concreto. Sin embargo, está en buenas condiciones, sobre un pedestal digno, con la placa conmemorativa y adornada con una fuente, sobre una plaza en buen estado.

Lo anterior contrasta con el hecho de que junto a la Hacienda de Santa Marí­a, no existe ninguna estela indicando la Ruta de Hidalgo, a pesar de que a ese lugar llegó el cura a descansar, y donde se cree ofició su última misa, aunque según sus declaraciones una vez hecho prisionero, desde que salió de la parroquia de Dolores, nunca volvió a celebrar la eucaristí­a.

Lo cierto es que sólo durmió ahí­ una noche, porque el 17 de marzo siguió su camino cruzando la llamada Cuesta del Cabrito, actual ejido Mesón del Norte, donde todaví­a existe la cabeza de águila número 201, sobre un pedestal cuadrado y sin ninguna placa.

Llegó ese mismo dí­a por la noche a la Hacienda de Mesillas. El casco principal donde se quedó a dormir todaví­a está en pie, también la antigua capilla. Actualmente es difí­cil el acceso, pues fue rentada para instalar un campamento de los trabajadores que construyen el penal federal.

De lo que en aquel tiempo fue una próspera Hacienda, ya no queda más que el edificio. Los pocos pobladores que viven cerca viven de sembrar alimento para ganado, cuando en otro tiempo cosechaban maí­z, calabaza, zanahoria y hasta sandí­a.

Juan Meléndez vive ahí­. Recuerda lo poco que le dijeron sus padres sobre la Independencia, sobre el cura Hidalgo, que pasó por ahí­ y que durmió en la hacienda. Pero lamenta que nadie le dé importancia, al grado de que el único monumento que habla sobre ello fue destruido.

Juan recorre sin camisa los 20 metros que separan su casa de la vereda que da hacia la Hacienda, y nos muestra, detrás de unos arbustos, los pedazos de lo que fue una estela con la placa.

En el piso hay cuatro placas de cemento, una de ellas con la inscripción “Ruta de Hidalgo 1811. Gobierno del Estado de Coahuila, 1753-1953”. Pero ninguna cabeza de águila parece haber llegado por ahí­.

[caption id="attachment_14434" align="aligncenter" width="600"]Juan Meléndez mostró el monumento a Hidalgo que fue destruido en Hacienda de Mesillas. Juan Meléndez mostró el monumento a Hidalgo que fue destruido en Hacienda de Mesillas.[/caption]

La maí±ana del dí­a 18 el contingente de 200 hombres que acompaí±aba a Hidalgo salió con rumbo a la Hacienda Anhelo. En el trayecto pasaron por el actual poblado de Paredón, que para entonces no existí­a.

No obstante, en la plaza principal instalaron tres cabezas de águila. Dos de ellas con pedazos rotos y llenas de basura, y una más con la mitad de un lado desprendido.

“Dí­ganles a los del Gobierno que vengan a arreglarlas, que les den mantenimiento”, dijo uno de los pobladores, quien reveló que según sus cálculos, el cura Hidalgo ni siquiera pasó por ahí­, pues el camino original hacia la Hacienda Anhelo, está a varios kilómetros de ahí­.

Fue ese camino inhóspito y rudo el que se recorre hacia Anhelo adonde llegó Hidalgo de noche y decidió quedarse más tiempo, porque el 19 de marzo se celebraba a san José y habí­a fiesta en la Hacienda. A pesar de eso, actualmente en el lugar no existe ninguna cabeza de águila.

De Anhelo salieron el dí­a 20, pasando por el poblado de Espinazo, donde no existe estela, a pesar de estar marcada en los documentos de la Federación; luego llegaron a Santa Isabel de la Joya, donde sí­ existe una cabeza de águila en el interior de una primaria que ya no funciona.

En la Joya levantaron campamento y durmieron. Por la maí±ana del 21 salió primero el grupo comandado por Jiménez, a quien ya estaba esperando el capitán Ignacio Elizondo en una loma cercana, tomándolo preso.

A la captura de Jiménez le siguió la de Allende y finalmente Hidalgo, en lo que hoy se conoce como la Loma del Prendimiento.

En ese lugar el Gobierno construyó un obelisco, donde cada aí±o realizaban una ceremonia cí­vica. Pero ya no es así­. Desde que el predio pasó a manos de particulares, el lugar fue cercado.

Por eso se construyó una placa a unos cuatro kilómetros de ahí­, actualmente en mal estado, y una más reciente al pie de la carretera principal, rayada con palabras altisonantes y lleno de basura.

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La tarde del 21 de marzo, Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Jiménez y Mariano Abasolo llegaron amarrados al poblado de Acatita de Baján. .

El lugar donde inició el presidio de los hombres que iniciaron la Independencia sólo cuenta con una sola cabeza de águila, instalada dentro de la telesecundaria, donde los alumnos cada aí±o hacen un acto cí­vico para recordar.

El resto de las estelas, con excepción de la ubicada en el ejido La Encantada, como el resto de la Ruta de Hidalgo, permanecen en el olvido.

[caption id="attachment_14436" align="alignnone" width="600"]Deteriorado y con seí±ales de abandono se encuentra el sitio donde fue capturado el cura de Dolores. Deteriorado y con seí±ales de abandono se encuentra el sitio donde fue capturado el cura de Dolores.[/caption]  
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