
En medio del desastre sale a la luz la ayuda desinteresada de millares de voluntarios que han dedicado horas para ayudar a las personas sepultadas bajo los escombros.
Por: Agencias
Ciudad de México.-Â México vivió ayer una jornada agridulce, en la que las imágenes de la devastación y muerte causadas por el sismo de 7.1 grados que azotó el centro del país se amalgamaron con escenas de total solidaridad y auxilio desinteresado de miles de ciudadanos que dedicaron horas de esfuerzo para ayudar a las personas sepultadas bajo los escombros.
Según estimaciones de autoridades federales, al menos un millón de ciudadanos tomó las riendas de la emergencia en la Ciudad de México, tras los daí±os causados por el sismo del martes, de magnitud 7.1, y otros 200 mil prestaron servicios como voluntarios en Morelos y Puebla.
De entre ese maremoto de participación y entrega ciudadana, de ese alud de imágenes de personas removiendo escombros, de esos brazos en alto exigiendo silencio para ubicar a víctimas, un edificio colapsado en Coapa acaparó la atención.
Desde las 9 de la maí±ana de ayer, 20 horas después de la sacudida del sismo de 7.1 grados, cuando rescatistas de la Armada de México detectaron con vida a una nií±a sepultada bajo toneladas de escombros en el colegio Enrique Rébsamen, las intensas labores de rescate acapararon la atención del país entero y se convirtieron en el símbolo de la lucha por la sobrevivencia, la reconstrucción y mantener viva la esperanza.
Ya por la noche, el grito, el rezo, el anhelo de millones fue ¡resiste, Frida!, por esa pequeí±a que simboliza la esperanza de un pueblo que se pone otra vez de pie en medio de los escombros.