
Luego de volverse famoso tras difundir un video en donde un hombre derriba su puesto de elotes tras insultarlo, el elotero recibió de la comunidad angelina un nuevo âcarritoâ.
Por: Agencias
Ciudad de México.-Â Benjamín Ramírez es un vendedor ambulante de origen mexicano que ganó fama mundial en julio pasado luego de que Carlos Hakas, un músico argentino que lo había insultado en varias ocasiones, lo agrediera por "obstruir el paso" y tirara su carrito de elotes en una calle de Los íngeles (EU).
Fue hace unos meses que Ramírez publicó en Facebook un video en el que explicaba que se había negado a mover su puesto pese a los insultos y los gritos de Hakas. En el video se ve cómo el músico, acompaí±ado de una mujer y su perro, le grita y luego tira su puesto de elotes.
Ramírez acusó a su agresor de racismo mientras veía todas sus cosas tiradas en la calle. La historia de Benjamín fue ampliamente difundida en redes sociales y medios de comunicación y se convirtió en un ícono para la comunidad latina en Los íngeles y de aquellos que han tenido que lidiar con la discriminación, malas condiciones laborales y económicas al margen de su situación migratoria en EU.
Recibió donaciones para recuperar el producto que perdió por culpa de Hakas, cientos de personas se formaban por horas para comprar sus elotes y fue invitado a varios eventos de la comunidad latina, así como programas de televisión y conciertos, incluso le hicieron su propio corrido.
Ahora, la suerte le ha vuelto a sonreír, pues este fin de semana recibió de parte de colectivos ciclistas de California un nuevo carrito para transportar su mercancía por las calles de Los íngeles, diseí±ado específicamente para sus necesidades.
El nuevo carrito del elotero fue diseí±ado y construido por Art Ramírez, quien tiene un taller de bicicletas, y por Jay Pee, quien dirige el club local de ciclismo "Los Ryders".
Juntos recabaron donaciones para el 'Elotero Cart Project' (Proyecto carrito elotero) y así remplazar el viejo y daí±ado puesto ambulante del vendedor de origen mexicano.
Al probarlo, Benjamín se mostró feliz y aseguró que era bastante ligero para desplazarse y realizar mejor su trabajo por las calles de Los íngeles.