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Tuvo Elías Sergio Treviño una vida llena de amor

"Amor, amor a Dios, a tus padres, hijos, nietos, el mundo está lleno de amor", compartió alguna vez.

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"Amor, amor a Dios, a tus padres, hijos, nietos, el mundo está lleno de amor", compartió alguna vez.

Por: Orquí­dea López Allec

Piedras Negras, Coah.- Hace unos dí­as, previo al festejo del Dí­a del Padre, su hija Normita le preguntó: ¿Para ti qué es la vida?, a lo que el ingeniero Elí­as Sergio Trevií±o Earnshaw respondió: ¡Es amor!

“Con esa palabra dices todo, amor, amor a Dios, a tus padres, hijos, nietos, el mundo está lleno de amor, pero saberlo interpretar es otra cosa, no es fácil”, compartió en una entrevista que Zócalo realizó al ex presidente municipal de Piedras Negras el mes pasado en el marco del Dí­a del Padre.

Para don Elí­as Sergio, a pesar de las dificultades de salud que enfrentó y el que su amada esposa Normita se haya adelantado en el camino, enfatizaba que su vida habí­a sido muy bonita, llena de amor, como él describí­a la vida.

Rememoró en esa charla que en 2013 cuando enfrentaba su primer cáncer, sintió que morí­a en el consultorio en San Antonio, Texas del doctor Ronald Drengler, les pidió a sus hijos que se acercaran y les dijo: “Yo ya estoy preparado para irme, yo siento que ya me voy, ya estoy preparado para irme a juntar con Norma”.

Sus hijos voltearon y le dijeron: “Tu estarás preparado para irte, pero nosotros no estamos preparados para que te vayas”.

Entonces, se le partió el corazón, el doctor Drengler le puso siete transfusiones seguidas y lo levantó y lo salvó.

“Y aquí­ estoy con mis hijos, rodeado de mis hijos 15 nietos y siete bisnietos”, expresó emocionado en la ví­spera de su festejo del Dí­a del Padre, el cual celebrarí­a con sus amores.

Enfatizaba que se sentí­a muy satisfecho de haber tenido 54 aí±os de un maravilloso matrimonio con su esposa Normita, y de tener a toda su progenie unidos con mucha felicidad y muchas historias, ya que compartí­a que el ser padre era una dicha inconmensurable.

PROLíFERA VIDA

El ingeniero Elí­as Sergio Trevií±o Earnshaw, en 1973 se convirtió en presidente municipal de Piedras Negras y aportó enorme al desarrollo de la ciudad, enfocándose en la educación y la cultura.

Hijo del doctor Elí­as Trevií±o Barrera y de la seí±ora Delfina Earnshaw de Trevií±o, inició su educación primaria en la escuela Modelo, alumno de la profesora Romanita Arreola a quien recordaba con carií±o, posteriormente’, lo cambiaron al Instituto del Pueblo, que dirigí­a en aquel entonces la profesora Argentina S. de Vargas y ahí­ la primera maestra que tuvo fue Delfina Cano.

En una entrevista realizada para la sección Mi Gente de Zócalo Piedras Negras, hace algunos aí±os, compartió que en esos aí±os el Instituto del Pueblo rentó las instalaciones del antiguo Hotel del Ferrocarril por su gran matrí­cula (primero estuvo en la esquina de Zaragoza y Fuente, edificio que también fue sede del Instituto Osuna), donde tomaban clases y donde culminó su escuela primaria en 1941.

Se fue a Eagle Pass, donde terminó la high school en 1949, para entonces regresar a Coahuila a estudiar la Ingenierí­a en Agronomí­a.

Al culminar sus estudios profesionales en 1955, le dieron trabajo como ingeniero de campo en la Despepitadora de Piedras Negras, que se ubicaba en Villa de Fuente.

Al llegar unos americanos a sembrar algodón y refaccionaban a los agricultores de la región para la siembra, lo contrataron como ingeniero de campo para llevar a cabo los estudios hidráulicos y entomológicos de la siembra de algodón por varios aí±os.

Al cerrar sus puertas la despepitadora en 1959 debido a que el algodón dejó de ser rentable, al llegar las fibras sintéticas, don Elí­as Sergio se quedó sin trabajo.

Fue entonces que puso su despacho como ingeniero y comenzó a trabajar de forma privada, al mismo tiempo como presidente de la Cámara Nacional de Comercio, realizó gestiones para un nuevo puente internacional que se volvió realidad aí±os después.

También formó parte del Consejo de Desarrollo Urbano, al cual fue invitado en la administración del ex presidente municipal Ernesto Vela del Campo.

La inquietud de jóvenes de su generación que habí­an egresado de diferentes facultades y que regresaban a Piedras Negras, los motivó a querer participar en el desarrollo y crecimiento de Piedras Negras.

El ingeniero Elí­as Sergio Trevií±o era uno de ellos y fue así­ como en 1959 se registró en el Partido Revolucionario Institucional en el lapso en que Lázaro Fraustro era el presidente del comité municipal, en el cual permanece a la fecha.

En 1960, acompaí±ado del grupo de jóvenes entusiastas, se organizaron para sacar adelante la candidatura del capitán Ramiro Peí±a Guerra.

Dado que era el único ingeniero en el grupo y porque decí­an que tení­a “cinta de medir”, lo colocaron como candidato a sí­ndico del Ayuntamiento y fueron electos.

En esa administración municipal que encabezaba Ramiro Peí±a Guerra, entró en la polí­tica como sí­ndico del Ayuntamiento en los aí±os 1961-1963.

Por azares del destino a la par de ser sí­ndico, se le ofreció también la Dirección de Obras Públicas, que tení­a a su cargo en ese tiempo la distribución de agua potable.

Al culminar la administración, siguió en su profesión de ingeniero agrónomo haciendo levantamientos topográficos, deslindes, avalúos y en el partido con mucha actividad, pues fue dirigente del sector popular en ese tiempo.

PRESIDENTE MUNICIPAL

El ingeniero Elí­as Sergio Trevií±o Earnshaw, en 1972 fue designado candidato a la Presidencia Municipal por el Partido Revolucionario Institucional y su búsqueda por mejorar la situación de Piedras Negras lo llevó a ser el presidente municipal número 40 de la ciudad que lo vio nacer el 12 de agosto de 1930.

Como presidente municipal, el ingeniero Elí­as Sergio Trevií±o Earnshaw estableció un compromiso para construir escuelas en Piedras Negras y quitar algunas que estaban muy antiguas y que no reuní­an los requisitos.

Se construyeron varias escuelas como la Herlinda Felán, Ignacio Zaragoza, Francisco I. Madero, Ocampo, Club de Leones número 2, además de agregarse aulas a muchas escuelas como la Dí­az Ordaz.

Además de la construcción de escuelas y acondicionamiento de otras, se inauguró la Casa de la Cultura con la presencia del entonces presidente de la República, Luis Echeverrí­a y del gobernador del estado Eulalio Gutiérrez Trevií±o.

En esos aí±os al seí±or Eliseo Mendoza Berrueto, subsecretario de Economí­a, además de encabezar un organismo que creó el presidente Echeverrí­a para mejorar las fronteras, construyeron las instalaciones de la Expo 74.

En colonias y barrios como “El Pocito” se dio una mejor calidad de vida, con agua potable y pavimento.

Además de la creación del Plan Regulador hoy Plan de Desarrollo Urbano y el cual nació en la búsqueda de regular el crecimiento urbano de una forma ordenada.

Cuando llega Eliseo Mendoza Berrueto al Gobierno de Coahuila, lo invita a participar como presidente municipal interino y estuvo por 13 meses en 1990 por segunda vez al frente de la ciudad.

En esa ocasión su administración logró rescatar un terreno urbano que estaba frente a la Presidencia Municipal anterior y construyeron la Plaza de los Héroes que viniera a inaugurar el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari.

SU HISTORIA DE AMOR

En 1947 estando un grupo de amigos en una fuente de sodas que existí­a en la segunda planta de la Farmacia del Norte (edificio en la esquina de las calles Matamoros y Zaragoza), fueron invitados a un baile.

Era una noche de primavera, tení­a solo 17 aí±os de edad y el baile al que acudirí­an era en el llamado Barrio del Bote (abarcaba las calles, Zaragoza, Jiménez, Aldama, Abasolo) en la casa de Melvia Nelia Salinas, hija de don Calixto Salinas.

Estaban todas las seí±oritas de aquel entonces, esperando que llegaran los muchachos. Elí­as Sergio estaba observando y de pronto la vio. Una bella joven de la que quedó prendado.

Recordaba perfectamente los detalles, su falda blanca con crinolina y su blusa roja, a la cual quiso conocer de inmediato y con quien bailarí­a aquella noche.

Ella tení­a apenas 14 aí±os, pero al poco tiempo, cuando cumplió los 15 le pidió que fuera su novia y tras el permiso de la mamá de Norma Galindo, siempre acompaí±ados de un “chaperón”, iniciaron su noviazgo.

Elí­as Sergio viajó a Monterrey a estudiar y todos los dí­as se escribí­an cartas, pocas veces hací­an llamadas por teléfono pues era caro, pero aquel dí­a al esperar con ansias la misiva de Norma, la tristeza lo inundó. Ella terminó el noviazgo.

Los aí±os pasaron y en 1954, en primavera estando a solo un aí±o de recibirse, su grupo de amigos decidió ir a dar la vuelta a la plaza, era jueves y entonces tocaba la banda municipal.

Al ir caminando por uno de los andadores, en sentido contrario iba un grupo de muchachas frente al Cinelandia, lo que es ahorita el auditorio Vasconcelos y con ellas iba Norma, con quien pudo platicar por horas en la plaza.

Tras un bonito noviazgo, siguió un bello matrimonio de 54 aí±os que inició el 4 de noviembre de 1956 y el cual fructificó con cuatro hijos: Elí­as Sergio, Jorge, Rogelio y Normita.

Fueron 54 aí±os llenos de amor. Los aí±os más hermosos de su vida, hasta que en julio de 2010, doí±a Norma Galindo Trevií±o se adelantó en el camino.

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