
Es como si los terroristas pretendieran firmar su acción y reivindicarse tras su suicidio.
Por: Agencias
Espaí±a.- Como en los atentados anteriores en Europa del Estado Islámico, la prueba de la autoría apareció en la escena del crimen sin necesidad de buscarla. El suicida del Manchester Arena llevaba en su pantalón algún carnet de identificación (como el permiso de conducir) que permitió ponerle nombre al autor: Salman Abedi, nacido en 1994 y empadronado en Elsmore Road, distrito de Fallowfield. También portaba su tarjeta de crédito, según publica el diario británico The Guardian.
¿Se llevan el carnet en el bolsillo para cometer el atentado? Si se atiende a los antecedentes, parece que sí, aunque esa práctica, voluntaria o no, suponga que la investigación avance mucho más rápido.
Anis Amri, el yihadista que secuestró a un camionero en Berlín en diciembre de 2016 y estrelló su vehículo contra un mercadillo navideí±o en la capital alemana, se dejó su identificación en la guantera, con lo que la persecución policial estuvo enfocada desde el principio. Finalmente fue abatido en plena huida cerca de Milán.
Después de cometer el atentado en la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo, los hermanos Chérif y Said Kouachi se dejaron el documento de identidad dentro del coche robado que usaron para escapar.
La noche de la matanza en la sala Bataclan y el estadio de Francia en París, otro de los suicidas llevaba consigo un pasaporte sirio falso a nombre de Ahmed Almuhamed que permitió trazar su ruta a través de Turquía y la isla griega de Leros hasta el corazón de Europa junto al belga Abdelhamid Abaaoud, el cerebro de los atentados, una pista clave.
Con información de El Mundo